Considerando el largo historial de la OEA al servicio del imperialismo estadounidense, de intromisión en los asuntos internos de Estados soberanos en nuestra región, el apoyo y promoción de golpes de Estado, dictaduras militares, represión y tortura ejercidas por gobiernos apoyados plenamente por Estados Unidos, no tiene fundamento que se analice allí un proceso interno como las elecciones realizadas en Venezuela.
El doble rasero con un claro sesgo ideológico del desprestigiado Secretario General, activamente involucrado en los hechos de violencia en Venezuela en el 2019, en el apoyo de un presidente autoproclamado sin ser electo por el pueblo y en la promoción del golpe de Estado en Bolivia en ese mismo año, por solo citar los acontecimientos más recientes, serían suficientes para descalificar la maniobra celebrada hoy en Washington.
De manera insólita y sin apego al ordenamiento interno de la República Bolivariana de Venezuela ni de otra nación, Estados Unidos y algunos miembros de la OEA trataron de imponer en su Consejo Permanente, una resolución que instaba a la autoridad electoral venezolana a recontar los votos ejercidos el domingo 28 de julio, con la observación de organizaciones internacionales, demanda que no se le hace a ningún país.
Sin embargo, la actitud digna de un grupo de países impidió que se aprobara el documento injerencista.
Un conflicto de envergadura en Venezuela, como algunos parecieran estimular en contraposición a la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, tendría consecuencias impredecibles muy negativas para toda la región. El 14 de julio de 2017, el General de Ejército Raúl Castro Ruz advirtió: «quienes pretenden derrocar por vías inconstitucionales, violentas y golpistas a la Revolución Bolivariana y Chavista asumirán una seria responsabilidad ante la historia».
Reiteramos el firme apoyo y solidaridad de Cuba con el Gobierno bolivariano que lidera el compañero Nicolás Maduro Moros y la unión cívico-militar del heroico pueblo venezolano.
La Habana, 31 de julio de 2024