Mueven los pies tan ávidos como presurosos, todo lo que permite la muchedumbre en aquella plaza enardecida.
También lo hacen junto al sol de mediodía, cuando las pesquisas se tornan más que necesarias; lo hicieron, cuando vacunas salvaron vidas.
Movieron sus pies el 26 de marzo, cuando ganó el sí por Cuba, del que tantos y tantos de ellos fueron partícipes; mediante su voto, al custodiar la urna, o al formar parte del colegio electoral.
Mueven sus pies siempre que hace falta. Cuando roturas y desconexiones trataban de dividir una Isla. Cuando comentarios malintencionados y voces desde afuera, -y desde adentro-, sembraban incertidumbres.
Mueven sus pies, sí, lo hacen. Estudian y trabajan. No se conforman con poco. Luchan por sus sueños, los persiguen y los logran. Confían en ese futuro posible.
Hoy están de aniversario, los jóvenes y los más pequeños. Miembros de organizaciones que los agrupan y representan. Hoy están de fiesta, los primeros en soñar y los primeros en hacer historia.
Muevan sus pies y no se detengan nunca. Vamos, y hagámoslo por nosotros, que es por Cuba.