Luego vinieron las transformaciones, la instalación de seis unidades de fabricación soviética, que tributaban al SEN 500 MW, pero con la desaparición del campo socialista en los 90’, y la pérdida del mayor proveedor, la central ya no pudo generar los megawatts instalados.
Por estos días, mucho se menciona el nombre de ‘Renté’, si ocurre una avería, si se afecta el Sistema Electroenergético Nacional (SEN)... si no sincroniza el bloque 3 o el 6... bien sabemos los cubanos las consecuencias de los molestos apagones, pero muchos ignoran el empeño de sus trabajadores que pese a la obsolescencia tecnológica y las limitaciones que impone el bloqueo, se crecen noche y día porque se haga la luz.
Hombres de hazañas
En la ‘Antonio Maceo’, como se nombra la termoeléctrica, cientos de hombres y mujeres de overoles azules y cascos de diversos colores, no cesan en su andar; se percibe esfuerzo, sacrificio, entrega, unido a largas jornadas que sobrepasan 12, 24 horas, hasta días, cuando la situación se complejiza.
Así lo corroboró Jesús Aguilar Hernández, director general: “Desde su puesta en marcha la ‘Central’ se mantiene activa gracias al esfuerzo de ingenieros, especialistas, técnicos y en general de todo el personal. Nuestro encargo social es producir energía eléctrica como parte del SEN, con las dificultades, y restricciones que tenemos.
“La principal arma son los trabajadores que han sabido sortear los obstáculos con estrategias, voluntad y compromiso de restablecer los sistemas como sea. El objetivo principal para este año es la recuperación del bloque cinco; el que debe concluirse a finales del primer semestre, para lo cual se realizan acciones en los equipos básicos y sistemas auxiliares.
“Para lograr la reparación general de la Unidad 4 tenemos que sortear unas series de obstáculos, como financiamiento y recursos materiales, los que no van a impedir su puesta en marcha.
"En paralelo, seguimos garantizando la disponibilidad de los bloques de generación tres y seis. Si se desconecta el SEN, un grupo de trabajadores por su especialidad y experticia se mantienen en la planta hasta su restablecimiento, todos dan su disposición; valores que se van creando, aunque tengan problemas personales lo dejan todo atrás, conscientes de que su misión es aquí, y con voluntad de acero logramos sincronizarnos.
“Somos clave en la sostenibilidad de la provincia, apoyamos cualquier actividad de la vida económica y social; hace poco, tuvimos que fabricar un agregado del tren de llenado de la planta de Gas Licuado que posibilitó la continuidad del servicio de venta del producto a la población. Colaboramos con la zafra, el abasto de agua y la producción de alimentos”.
¿Peligroso trabajar en la ‘Antonio Maceo’?
“Siempre nos enfrentamos al peligro, por desgracia suceden hechos por negligencias, pero felizmente llevamos 15 años sin accidentes fatales. Cuando perdemos a un compañero por esta causa es terrible en el ámbito laboral.
“Llevo 25 años en ‘Renté’ y dirigiendo desde el año 2016, el tiempo pasa y uno no se da cuenta. Saliendo pasada la una de la madrugada, comentaba a los compañeros, me faltan 17 años para jubilarme, a lo que me ripostaron, ‘ni pienses en eso, si llegamos allá no nos vamos, ‘Renté’ es una adicción, después que entras, no te puedes desprender’; cuando estoy fuera, siento que me falta algo”.
La experiencia sigue dando la mano
De imagen impecable, fuerte, con una memoria impresionante y con 82 años a cuestas, Arturo Laurence Richard, ‘Chomi’, sigue brindando su colaboración y conocimientos ante cualquier problema, y es que en ‘Renté’ siempre hay que contar con él.
Graduado del Instituto Tecnológico Hermanos Gómez, comenzó en el laboratorio eléctrico, atendiendo casi toda la parte técnica en 1966, cuando se sincronizó por primera vez la termoeléctrica.
“Por las noches estudiábamos en la Universidad de Oriente, el curso se suspendió y entonces en La Habana dimos cursos extramuros, íbamos dos o tres días y hacíamos los exámenes de las materias que nos enviaban. En tercer año pudimos incorporarnos a la carrera aquí y nos graduamos de ingenieros eléctricos, lo que me permitió ampliar mis conocimientos con los especialistas soviéticos y fuimos capaces de hacer pruebas directas en períodos de mantenimiento a los equipos de arranque”.
Ante una avería ahí está ‘Chomi’: “En la última prueba que se le hace al generador para saber si se puede sincronizar o no, tengo que estar presente, es una gran responsabilidad, la verdad, es impactante, peligroso, pero satisface.
“Antes nadie se enteraba cuándo se daba mantenimiento ni cuándo había una máquina fuera de servicio. Desde el control central veíamos las seis máquinas en línea funcionando y eso era un acontecimiento. No imaginan lo que cuesta mantener el sistema eléctrico, hay que sortear miles de obstáculos, el bloqueo obstruye cada paso que damos”.
La mayoría asegura que es el único -para no ser absoluto diría casi es el único-, que domina en el país las técnicas de pruebas eléctricas a los transformadores, a los generadores y equipos primarios, y los arranques de los bloques en período de mantenimiento, a lo que modestamente responde: “No creo que sea así, sí estoy entre los que dominamos y desarrollamos técnicas, principalmente las de arranque de la planta”.
La juventud también marca el camino
Este joven se destaca por su empeño en superarse, en la actualidad es ingeniero y dirige un departamento clave en ‘Renté’. Walfrido Filiú Fonseca, jefe del Taller Eléctrico y Especialista en Protección Eléctrica, comenzó como Electricista A, y por su ejemplo y seriedad fue de misión a Venezuela, aprendió de los técnicos checos y llegó a ser jefe del taller allá.
“Estuve casi cuatro años, querían que me quedara más tiempo, pero ya necesitaba a mi familia. Retomé mis estudios universitarios y continué en la Planta, hasta que el Director General me hace una dispensa como Especialista A en Protección Eléctrica.
“Ahora siempre estoy en el área con mis subordinados y cuando hay averías, hasta que se resuelve la dificultad. Paso horas estudiando, este sector está en constante desarrollo, se va modernizando, la electrónica de potencia, la digital, los fabricantes hacen mejoras, y uno no se puede quedar atrás.
“La Protección Eléctrica viene siendo como el cerebro del cuerpo humano, lo controla todo, si pifias puede dañarse el equipo o provocar un colapso en el Sistema y en el peor de los casos lesionarse un trabajador.
“Nunca he pensado irme, aunque es una realidad que el salario no alcanza, pudiera emplearme en otro sector, pero viene la reflexión, cuando pienso que lo que hacemos a favor de la sociedad y el país es útil, necesario, imprescindible”.
Otro de esos jóvenes es Roilán Suárez Agüero, Licenciado en Educación Mecánica: “Comencé como Mecánico A en el Taller de Maquinado en la brigada de fabricación y recuperación de piezas de repuesto que sustituyen importaciones; ahora estoy en el área de turbina donde se genera la energía eléctrica, como supervisor, lo que me ha permitido tener valiosas experiencias.
“La contingencia energética fue una, nos sentimos protagonistas, vivimos y sentimos la confianza que depositaron los directivos en nosotros. Muchos dicen, ‘siguen los apagones’, hay que estar aquí para ver el esfuerzo y la entrega de un colectivo que muchas veces se queda días hasta restablecer el servicio en condiciones difíciles.
“Tenemos carencias pero nosotros fabricamos piezas que le costarían al país miles o millones de dólares. ‘Renté’ con los ojos cerrados puede contar con los jóvenes”.
Hablar de la termoeléctrica santiaguera es, obligadamente, hablar de quienes la sostienen sobre sus hombros con un compromiso excepcional. Es mencionar a trabajadores que realizan en cada jornada hazañas para mantener en funcionamiento una maquinaria obsoleta de la que depende la vida del país.