Sucede que no basta estar listos en el orden material, de hecho algo importante; a la par de los aseguramientos acorde a cada nivel, deviene imprescindible potenciar el sistema educativo, a partir de las urgencias formativas referidas a los valores, ésos que en tiempos de crisis económica se lastiman.

Si bien el Sistema de Educación cubano es una fortaleza indiscutible, dado sus principios y crecimiento abarcador y vigoroso, donde se acentúa el precepto martiano de preparar al hombre para la vida, todo lo acontecido desde la pandemia de la Covid y el recrudecimiento del bloqueo, ha lacerado los valores construidos.

No es nada fortuito, sino resultado, sobre todo, de la guerra mediática arremetida contra la población cubana. Esa maquinaria perversa de la política imperial norteamericana que asfixia la economía del país, aprovecha, a su vez, las carencias y necesidades perentorias de todo tipo, para manipular la mente de muchos y tratar de hacer diana en los más jóvenes.

La manipulación como decía el máximo líder de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, “…es sinónimo de oportunismo, la manipulación no tiene sostén, no tiene raíces”. Lo cierto es que hace mucho daño porque crea confusión, al tratar de hacer creíble la mentira, mezclándola con la verdad. Por consiguiente, da lugar a comportamientos y miradas adversas para propiciar la falta de confianza y credibilidad en la obra, lastrar emprendimientos y frustrar las mejores intenciones de avanzar.

Restan pocas semanas para iniciarse el curso escolar 2024/2025 por lo que esta etapa será una brújula histórica que marcará la inteligencia, el amor y la lealtad de un sector virtuoso y cabal, de ahí la imperiosa preparación atemperada a los problemas: enseñar, y educar a partir del ejemplo y la verdad, propio del sistema. No será una tarea fácil, porque nadie escapa de las afectaciones, pero sobre la base de un real convencimiento, hay que saber trasmitir los porqués y qué toca hacer.

Al decir de José Martí “.. la escuela ha de equipar la mente para la faena de la vida” y es una misión honrosa desde las edades tempranas. En los niños y jóvenes está el futuro de la Patria, que atesora muchos años de heroísmo por la soberanía y el bienestar de todos.

Por eso este nuevo período lectivo será un desafío a maestros y profesores, ejes principales para elevar la motivación y el amor a las raíces, a la historia y el orgullo de ser cubano.