A través de Jíbaro, el cineasta documentalista santiaguero Osmanys Sánchez expone al público santiaguero la historia del joven transgénero Yamil A. Tamayo, quien vive en lo intrincado de la Sierra Maestra y en abierta rebelión a las normas libera su identidad masculina y se expone a los rigores de la vida de los hombres de los campos de Cuba.
Luego de la proyección del cortometraje, el realizador declaró a Prensa Latina que no se puede aspirar al éxito si no existe una empatía o alineación entre el documentalista y la historia que cuenta, enfatizó en que lo motivaron sus principios de justicia y el conocimiento de los hechos que impulsaron al protagonista al aislamiento social y espiritual como forma de realización.
Respecto al universo simbólico sobre el que discurre el documental, Osmanys Sánchez explicó que siempre apreció la aplicación de la semiótica en sus obras, y en ésta realización apela a lo teológico, al crecimiento espiritual con la pretensión de que desde lo sencillo Jíbaro se levante digno contra el dogma y la injusticia.
Sobre la repercusión del cortometraje, el autor explicó a Prensa Latina que a pesar de que la obra no ha tenido un gran recorrido dentro de Cuba, sí se le han acercado personas que dentro de su familias tienen adolescentes eligiendo ser transgéneros y comenzaron a asumirlo desde una perspectiva diferente después de ver el documental.
El Centro Provincial de Cine de Santiago de Cuba reservó la proyección de Jíbaro para la Fiesta del Cine Cubano, como uno de los hechos culturales más importantes dentro del programa de actividades que celebra los 65 años del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos.