El concepto defendido se basa en la narración de una vida a través de sus etapas evolutivas, contemplando la llegada de este aniversario como una nueva posibilidad de vida y futuro.
Realzar el valor de esta nave, partiendo de sus componentes históricos, su evolución, crecimiento y la actualidad del ron ligero cubano, es el objetivo fundamental defendido desde la comunicación.
El establecimiento exhibe con orgullo la característica de ser el más grande del territorio nacional, en extensión y cantidad de líquido añejado, donde se almacenan las “bases añejas” de rones más antiguas.
Muestra su longevidad como elemento positivo, que le ha otorgado el reconocimiento de “Catedral del Ron Cubano”. Un siglo ha transcurrido desde sus inicios, y los saberes han sido heredados y defendidos por los maestros roneros que en esta han laborado.
Los actuales trabajadores de la nave Don Pancho aseguran haberse vuelto mejor con el tiempo, y es que las experiencias enriquecen el conocimiento.
La Nave Don Pancho es también muestra y resultado de nuestra cultura e identidad. Perdurar la ha hecho sin duda más cubana y santiaguera, aportando un sabor único.
Varias generaciones han formado parte del local que preserva como claves fundamentales el cuidado y compromiso, bases para que sus misterios, barriles y esencias subsistan y continúen mejorando a favor del tiempo.