Luis Alberto Portuondo Ortega
«Qué es lo que pasa? Esa fue la pregunta que se hacía todo el mundo al amanecer», detalló Marta Rojas, testigo excepcional del proceso a los asaltantes a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, al describir el ambiente que dominaba a la ciudad de Santiago de Cuba aquel día de julio de 1953.
Ni la lluvia veraniega que se torna portentosa en la Sierra Maestra impidió que los santiagueros festejaran, con la entrañable ¡Aquí no se rinde nadie!, el aniversario 71 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en el municipio de Tercer Frente, encabezado por el miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y Jefe de su Departamento Agroalimentario, José Ramón Monteagudo Ruiz, Beatriz Johnson Urrutia, su primera secretaria aquí, y Manuel Falcón Hernández, Gobernador.
En la provincia indómita, como en el resto del país, se desarrolla un amplio movimiento para reanimar servicios básicos a la población, mejorar la infraestructura de objetivos económicos y transformar barrios en situación de vulnerabilidad, en saludo al aniversario 71 de la gesta del Moncada.
Bajo un aguacero de mayo y cerca de las ocho de la noche, en los predios de la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, como casi siempre, es inmensa la muchedumbre que espera por un carro. Hay quienes se dirigen a sus casas, también a centros laborales y, no pocos, hacia otros municipios.
En Salón de los Espejos del Palacio Provincial -sitio donde el 10 de octubre de 1947 quedó oficialmente constituida la Universidad de Oriente (UO)-, se efectuó la graduación de 3052 profesionales, de los que 347 obtuvieron Título de Oro y 53 el Premio al Mérito Científico, de la Alta Casa de Estudios dedicó a Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, a 205 años de su natalicio.
José fue el mayor admirador y seguidor de Antonio, el Titán de Bronce, y estuvo a su lado en la Protesta de Baraguá, el 15 de marzo de 1878. El epíteto de León de Oriente le fue asignado tanto por los mambises como por los hispanos. En las calles de la heroica Santiago –junto a Guillermón Moncada y Quintín Bandera– dio el grito de «Viva Cuba Libre», el 26 de agosto de 1879, e inició la llamada Guerra Chiquita.