Los cubanos conocemos bien esa fórmula que ellos se esfuerzan por venderle al universo como modelo de democracia, siendo los mayores violadores de la democracia en su propio país y otras naciones donde intervienen con impunidad y descaro.
Para los cubanos -ya lo dije y apelo a la repetición- tanto demócratas como republicanos han sido los mismos perros con los mismos collares. Desde Eisenhower hasta Biden, durante trece administraciones - siete republicanas y seis demócratas- algunas han ladrado menos, pero todas han mordido igual. Son tentáculos de un mismo pulpo.
Todas han utilizado las medidas y campañas más sucias para borrar de la faz de la tierra a nuestra Revolución. Bloqueo económico, comercial y financiero; agresiones armadas, sabotajes, promulgación de leyes criminales como la Torricelli, Helms-Burton y la de Ajuste Cubano: guerra biológica contra la salud humana, como el dengue hemorrágico; y contra animales y cultivos como la caña de azúcar, el tabaco, el café, los cítricos y los cultivos varios.
Como ejemplos más recientes pueden citarse las 243 medidas adoptadas por Trump y respaldadas en su totalidad por Biden. Y sin renunciar a matarnos pretenden ahora que el pueblo cubano se suicide destruyendo sus símbolos, olvidando su historia, socavando la confianza en sus dirigentes y destruyendo la unidad que ha sido siempre el pilar de nuestra resistencia y nuestras victorias.
No han podido destruir a la Revolución con el bloqueo, con las agresiones y amenazas. Por eso ensayan ahora con la guerra mediática, con las armas de la mentira, el financiamiento a mercenarios dentro y fuera del país y la burda inclusión de Cuba en la lista de países promotores del terrorismo, ocultando la verdad de que son ellos los mayores terroristas hoy conocidos en el planeta que habitamos.
Las recientes festividades por el 1ro. de Mayo en Cuba, demostraron el firme apoyo del pueblo a la Revolución y al Socialismo, su unidad inquebrantable y su decisión irrenunciable de continuar siendo lo que somos y no regresar jamás a lo que fuimos. Y contra esa voluntad se estrellarán todas las maniobras contrarrevolucionarias.
Siempre así, como lo dijo Fidel; Nacimos en un país libre que nos legaron nuestros padres y primero se hundirá la Isla en el mar antes que consintamos en ser esclavos de nadie. Y como lo sentenció Raúl: Frente al enemigo, no habrá nunca ni conciliación ni rendición, ni derrota.