Más allá de estereotipos, de prejuicios… dentro de las paredes de un hogar existe diversidad, discriminaciones, convivencia de diversas generaciones, lazos que son fortalecidos por el cariño y no por los genes. Todas esas situaciones, requieren una mirada diferente.
Este nuevo proyecto protege a los más vulnerables; a los niños, para que disfruten de una infancia feliz, a los ancianos que merecen pasar esa etapa de su vida rodeados de respeto y consideración... Es un código que por primera vez introduce el término de los cuidadores, en una Cuba cada vez más envejecida.
Un texto que enaltece a todos los seres humanos sin distinción y expone herramientas para combatir la violencia intrafamiliar; al tiempo que convoca a los padres a ser, cada vez mejores.
El próximo 25 de septiembre los cubanos tendremos la oportunidad de dar el sí al voto, por un nuevo Código de la familias, que a decir por nuestro presidente Miguel Díaz- Canel Bermúdez “apostar por la aprobación de este Código en el referendo, es también apostar por la democracia, por la virtud de ser cubanos, por la felicidad de nuestros niños, niñas y adolescentes, por la autonomía y el poder de decisión de cada adulto mayor”.
Durante el proceso previo a la esperada fecha, tuvimos la oportunidad de aportar y opinar a través de las consultas realizadas en los barrios y centros de trabajo, y como resultado, un porciento considerable de cambios y aportes al texto.
Sin embargo, cuando solo restan pocos días para las votaciones, existen personas que ni siquiera han leído el documento, o solo hablan de aquellos acápites con los que no están de acuerdo.
Aún está a tiempo de leer, y decidir por el sí, aún está a tiempo de apostar por una sociedad más tolerante, por un código que defiende un proyecto de país más humano y justo.
Usted decida por informarse, por conocer e interpretar; si ya lo hizo, pues vuelva a él, porque dicho texto, exige otras miradas. Vale la pena detenerse, por una vez, y pensar en los problemas de su vecino o amigo, de esas personas que sufren situaciones diferentes a las suyas y tal vez ahora encuentren la solución o al menos una manera diferente de ver la vida.
Como cubana, madre, hermana, nieta, hija… pienso en las diversas condiciones que puedan presentarse en cada núcleo familiar; y en las soluciones que este Código propone. Entonces apuesto por el amor, la felicidad de mi familia, la equidad y el equilibrio en el hogar, por el apoyo en todas las etapas de la vida, por encima de dogmas, costumbres, tabúes y religiones.