Wilber Borrero Ginarte, Jefe de Operaciones y Carga de la UEB de Transporte, informó que la unidad debería operar con 21 ómnibus, pero debido a la falta de neumáticos, escasa disponibilidad de aceite y piezas de repuesto, actualmente solo están en marcha 12, cubriendo 16 rutas.
“Esto se traduce en una insatisfacción generalizada, ya que la mitad de las rutas estatales no tienen un funcionamiento estable. Una parte de los ómnibus presenta problemas de paralización técnica, mientras que otra enfrenta dificultades de abastecimiento de combustible. De un plan de 16 302 litros, solo estamos recibiendo 1000”, explicó.
En cuanto a las soluciones adoptadas, Borrero Ginarte señaló que muchas localidades dependen de servicios arrendados. En la base, actualmente hay un total de 18 equipos arrendados, los cuales deben cumplir con una tarifa establecida. Sin embargo, esta medida no ha sido suficiente para aliviar la situación.
Una problemática adicional, mencionada por Borrero Ginarte, es la falta de detención de los vehículos estatales en las paradas. “Hemos enfrentado esta situación con reuniones y sanciones, pero debo reconocer que aún no hemos logrado resolverla por completo. Esto refleja una indolencia y falta de sensibilidad en un momento tan crítico”, admitió.
Por su parte, Raudel Galán Reyes, Viceintendente encargado del sector del Transporte, abordó algunas quejas relacionadas con la indisciplina, el respeto y la agresividad tanto de los choferes hacia la población como de la población hacia los choferes. “Más allá del compromiso que tenemos, estamos obligados a revertir la situación (...); somos conscientes de que es compleja y que requiere atención urgente para mitigar, gradualmente, los problemas que enfrentamos”, concluyó.
La situación del transporte público en el territorio afecta la movilidad de los ciudadanos, lo que también evidencia una serie de deficiencias estructurales en la gestión del servicio.
La falta de recursos, la indisciplina y la deshumanización en la atención al usuario son problemas que requieren una respuesta inmediata y efectiva por parte de las autoridades. La insatisfacción del pueblo es clara y, para restaurar la confianza en el sistema de transporte, es crucial implementar soluciones creativas y garantizar un servicio digno que responda a las necesidades de la población.