Según recoge la literatura, la migración es un fenómeno que se desencadena en cada especie en momentos diferentes. Sin embargo, la mayor parte de esta ocurre en períodos bien definidos, entre marzo y principios de mayo cuando las aves se dirigen al Norte y entre septiembre y noviembre cuando se dirigen al Sur.
Para los especialistas de monitoreo las aves migratorias tienen una especie de “reloj interno” que detecta el ángulo a que se encuentra el sol y la cantidad de luz que recibe la superficie terrestre, por lo que son capaces de darse cuenta cuándo los días se van haciendo más cortos con la llegada del otoño y esta es la señal para partir al Sur. Una vez que una rapaz migratoria ha comenzado su viaje, de Norte a Sur, no sigue una programación estricta de viaje ya que sus movimientos están influenciados por las condiciones meteorológicas y geográficas.
Son diversos los tipos de migraciones que existen en el reino animal, de ahí que los ornitólogos la clasifican en seis tipos de movimientos: migración completa, migración parcial, dispersión natal, dispersión irruptiva, movimientos nómadas y movimientos locales.
Bioeco desde 2006 lleva a cabo proyectos con aves migratorias en los que se definen resultados como las especies que migran a través del oriente cubano, número de individuos y la fenología de migración de las mismas. El estudio de la migración de las aves rapaces a través de Cuba se inició en el 2000 con tres Estaciones de Monitoreo, dos en el oriente de Cuba y una en el extremo occidental.
Estos sitios permitieron conocer la magnitud y la fenología de la migración de las rapaces sobre Cuba y las principales rutas y puntos. Estos estudios identifican al Caribe insular como el sitio con la mayor cantidad de avistamientos de Pandionhaliaetus (Águila Pescadora) en los puntos de conteo de Siboney y Gran Piedra.
En el año 2022 el punto en Punta Caleta, provincia de Guantánamo realizó 399,4 horas de observación. Se detectaron un total de 15495 individuos. El 99,9 % de los individuos detectados correspondieron a siete especies. De ellas 15213 individuos correspondían a Pandionhaliaetus (Águila Pescadora). La frecuencia de observación por hora de la especie fue de 38,1 Águilas /horas.
Otro de los estudios que se realizan y que llevan gran parte de nuestro esfuerzo es el Monitoreo de aves de bosque mediante el anillamiento de aves terrestres en la Reserva Ecológica Siboney-Juticí en Santiago de Cuba. Hasta el 2020 se habían procesado un total de 10900 aves en 120 meses de trabajo que acumulan 31992 horas/red. De ellas 4097 han sido aves migratorias.
Las especies más comunes son Bijirita azul de Garganta negra (Setophagacaerulences), Candelita (Setophagaruticilla) y Bijirita atigrada (Setophagatigrina).