
Yuzdanis Vicet
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Cuando la dirección del país traza como camino fundamental toda vía de producir alimentos, convoca a sembrar cada pedacito, a explotar las potencialidades dondequiera que las manos puedan hacer su labor innata de generar riquezas, en la sociedad santiaguera son varios los ejemplos y se pueden encontrar en lugares inimaginables.
La suerte de Bobby y Roky ya no va a cambiar, no fue suficiente para estos seres un reclamo público, la deliberación en la Asamblea Nacional del Poder Popular, ni siquiera una Gaceta Oficial, lo que tiene que llegar, la conciencia individual y colectiva, aún está a destiempo y otros como estos dos perderán lo más preciado.
Es una historia tan larga como la Revolución misma y precisamente esa es la primera señal de su inoperancia, a estas alturas más que el resultado de un plan con bases objetivas parece fruto de la obstinación y la impotencia, pero eso no niega que ha hecho daño y puede hacer más.
Dando cumplimiento al Artículo 156 de la Constitución de la República de Cuba, donde se establece que: “La Fiscalía General de la República es el órgano del Estado que tiene como misión fundamental ejercer el control de la investigación penal y el ejercicio de la acción penal pública…” y además, a lo estipulado por el Artículo 159 donde se lee que esa institución: “…rinde cuenta de su gestión ante la Asamblea Nacional del Poder Popular…”, órgano en Santiago de Cuba, trabaja para responder a la exigencia pública.
Me sorprendí cuando el Dr. Leonardo Ramos Hechavarría me exigió que su foto para esta publicación fuera entre unas imágenes de Fidel y Raúl que nos quedaban muy altas en la pared para tomar la fotografía, hubo que literalmente encaramarse, y es que, a este galeno Especialista en Ortopedia del Hospital Militar Clínico Quirúrgico Docente, Dr. Joaquín Castillo Duany de Santiago de Cuba le gustan los retos, una cualidad que me llevó a hasta él.
Fueron cientos de mujeres de blanco y azul, en muchas ocasiones cubiertas por los trajes de protección que impedían ver a quienes estaban dentro, pero siempre se pudo percibir lo esencial, lo invisible a los ojos, el amor; ellas son las enfermeras que desde diversos puestos enfrentaron la muerte durante los días duros de la pandemia de Covid-19, un peligro que sigue latente y por eso continúan dispuestas.