El entusiasmo de madres y padres junto a sus niños fue evidente desde el inicio de la actividad, hubo abrazos, brincos, gritos, bailes, risas, porque sin lugar a dudas, fue un momento de interrelación, de apoyo y participación, un estímulo a los pequeñines que hoy cursan el primer grado.
Durante la cita, se desarrollaron actividades deportivas a modo de competencia, que fomentan el vínculo escuela- familia, pues los infantes tuvieron la oportunidad de interactuar con sus padres y con educandos de otras aulas, desarrollando además, habilidades como la rapidez y la agilidad.
Las imágenes muestran la algarabía, pero sobre todo los colores y las sonrisas en rostros que, en muchos casos, ni siquiera valoraron la posibilidad de participar, sin embargo se unieron con gran entusiasmo.
Así es el amor, engendra maravillas, y esta vez, los pequeñines fueron los promotores de la alegría, de la participación de los adultos que orgullosamente disfrutaron junto a sus hijos, y nietos, y revivieron junto a ellos momentos de su infancia, cuando volvieron a correr sin zapatos y a brincar de emoción por los logros de sus pequeñines.