Uno de los trágicos eventos ocurrió en el barrio de Sheikh Radwan, en la ciudad de Gaza, donde una casa familiar fue blanco de un bombardeo israelí que cobró la vida de 14 personas, incluidos niños y mujeres. Equipos de la Defensa Civil Palestina lograron rescatar cinco cuerpos de entre los escombros.
Los bombardeos se extendieron a otros sectores de la Franja, como los barrios de Sabra, Zaytoun y el campamento de refugiados de al-Bureij en el centro, así como la ciudad de Rafah en el sur.
Durante 246 días de violencia indiscriminada, el Estado sionista se ha hecho con la vida de al menos 36 731 palestinos y dejado más de 83 530 heridos desde que Israel intensificó sus acciones el 7 de octubre.
La agresión israelí ha provocado también un éxodo masivo en Gaza, con casi dos millones de personas desplazadas. La mayoría se ha refugiado en la ciudad de Rafah, cerca de la frontera con Egipto, en una crisis humanitaria de proporciones alarmantes.
Ante estas atrocidades, el mundo ha condenado enérgicamente las acciones de Israel y han solicitado medidas urgentes para detener la violencia y proteger a la población civil; sin embargo, la usurpación sionista no ha cesado en la arremetida violenta contra la población civil y vulnerable.
Jóvenes exigirán en Washington un alto el fuego en Gaza
Esta semana también celebraron concentraciones y marchas en la Wayne State University de Detroit y en varias sedes de la Universidad de California, como Los Ángeles, San Diego e Irvine.
A su vez, en Columbia, Nueva York, los alumnos montaron tiendas de campaña el viernes pasado en solidaridad con los estudiantes del primer campamento de protesta en un campus estadounidense a mediados de abril.
Según los organizadores del Movimiento Juvenil Palestino, decenas de miles de jóvenes acudirán a Washington este fin de semana para exigir un alto el fuego en Gaza y el fin de la ayuda militar estadounidense a “Israel”.
Una de sus principales prioridades de los estudiantes universitarios es investigar y redactar una propuesta detallada de desinversión para presentarla a las autoridades de los centros de estudios cuando reanuden las clases.
Para el estudiante de doctorado en Ciencias Políticas por la Universidad de California Los Ángeles, Vincent Doehr, el ambiente en el campus empeoró desde que llamaron a la policía para desmantelar un campamento de protesta estudiantil a principios de mayo.
Según Doehr, la semana pasada un transeúnte arrojó un batido de leche a un manifestante antibelicista y, en otro incidente rompieron una pancarta propalestina y el teléfono de uno de los movilizados.
Doehr es uno de los miles de sindicalistas en huelga en la Universidad de California por lo cual el sindicato United Auto Workers Local 4811 califica de prácticas laborales injustas derivadas de la represión de los manifestantes.
El sindicato, representante de más de 48 000 trabajadores académicos, estudiantes de postgrado e investigadores, aprobó la huelga el mes pasado después del arresto de estudiantes y miembros del gremio.
(Con información de Telesur y Al Mayadeen)