La representación de la Mayor de las Antillas había estado irregular con el madero -por decirlo levemente- dejando en circulación a los pocos corredores que lograban embasarse, para un saldo de dos derrotas, frente a la bestia negra: Países Bajos y al conjunto de Italia. Un panorama nefasto, y tristemente ajustado a su pobre demostración en la fase de grupos.
En el Taichung Stadium de Taiwán, la escuadra criolla salió delante en el segundo inning, con doble de Yadil Mujica que llevó a Yoelkis Guibert hasta home y poco más se pudo hacer hasta la séptima entrada, cuando el indómito anotó nuevamente, a pesar de que los lanzadores neerlandeses no estuvieron del todo finos. En definitiva, 4 carreras naranjas y partido para el olvido.
Contra los italianos hubo que acudir extrainnings, pero el desenlace fue el mismo, esta vez desestabilizando la mañana en Cuba. Eso sí, por un momento el equipo de “las cuatro letras” parecía renacer en las conexiones de Alfredo Despaigne y Erisbel Arruebarrena para empatar a dos el encuentro, allá por el octavo capítulo, pero todo quedó en un espejismo. Las acciones terminaron con una rayita más para los cubanos y 4 adicionales para los europeos.
El pitcheo estaba aguantando, era hora de despertar al bate y así lo hicieron: 21 inatrapables al conjunto Panamá, como exorcizando demonios a palo limpio, desde el comienzo. Rally de cuatro y cinco carreras en el capítulo sexto y séptimo, Yadir Drake de 4-4, Mujica 5-3. Fue la primera sonrisa del “Team Asere”, que no depende de sí mismo, pero aún respira.