Acostumbrados a su magistral interpretación y desempeño sobre el escenario, Liset Díaz Socarrás, Marilin Lora, Maday Piñón , Agustín Salas, Eider Savon y Liorge Reyes (director del proyecto) garantizaron el total disfrute de niños y padres.
Así como Pecermanitos habla de la necesidad de la unión sin importar las diferencias que puedan existir para conseguir un objetivo, así como pondera la amistad y la armonía, son las relaciones de este colectivo que hace maravillas todo lo que toca. Gracias, en gran medida a su director artístico José Saavedra Mariño, al asistente de dirección Salvador Espronceda y a María Elena Domínguez su asesora, además de luminotécnicos, musicalizadores y otros "actores" en función.
Para los que no han disfrutado de la puesta, del desempeño armónico y funcional de los actores, de las canciones contagiosas y del excelente mensaje que siempre refuerzan al final de la obra, los invito además a "cazar" la próxima presentación de Pecermanitos para que se enamoren de la escenografía...
Un mundo increíble de animales marinos, todos fluorescentes, que impresionan y no dejan que quitemos los ojos del escenario; resultado de los diseños del caricaturista Chicho y de la realización y maestría de Gretel Arrate, ambos santiagueros, para lograr estos personajes.
A mí, pues la satisfacción inmensa de que el Guiñol siga siendo refugio del arte, y del bueno. Toca a la joven y talentosa Leydis Figarola Castellanos, actual directora de la institución, el gran reto de mantener, para bien, el teatro de títeres en Santiago de Cuba.