¿Cómo hizo la ciudad para homenajear a su coro insigne? Pues repletó la antigua Sala de Concierto Esteban Salas, hoy Sala de Arte extensión del Museo Provincial Emilio Bacardí Moreau, frente al céntrico Parque Céspedes.
En el recinto, al público en representación de la urbe se unieron dos invitados de lujo: el “Vox Lucis” (con alumnos cantores de la Universidad de Ciencias Médicas, dirigido por Luis Carlos López, tenor del Orfeón) y el coro de niños de la Escuela de Sordos, ubicada en el poblado de Boniato.
“Vox Lucis” impresionó por su homenaje a Electo: un segmento con “Hanan Pacha”, anónima del siglo XVI; “Para ti”, con texto de Fayad Jamis y música de Electo, y “Regina Coco”, del folclor franco haitiano, con arreglo de Silva Gaínza.
Los pequeños, dirigidos por la profesora Zaylin Castellanos, admiraron e hicieron brotar más de una lágrima, “al cantar con las manos” (lenguaje de señas); proceden de la escuela Eduardo Mesa Llul, integran el proyecto Con luz propia en las manos, están auspiciados por el Centro Provincial de Patrimonio Cultural y con el respaldo del Orfeón Santiago “cantaron” Mariposita de Primavera.
Inicialmente, y como todos fueron a cantarle al Orfeón, este correspondió como mejor sabe hacerlo: comenzaron con música sacra: “Oh Magnum Mysterium” y “Gloria”, de Javier Bustos y Alejandro Carrillo, respectivamente; después “Agnus Dei”, de Ramón H. Rocha Rey, santiaguero ganador del Concurso Internacional de Composición Electo Silva
El presentador Dayron Chang, en su faceta como declamador, fue intercalando en el programa, poemas de Rafaela Chacón Nardi, Ariel James y Roberto Fernández Retamar, especialmente dedicados al Orfeón Santiago.
Fue una tarde muy especial para recordar aquel 15 de noviembre de 1960 cuando en Santiago de Cuba nació el grupo de “alumnos cantores”, que de la mano del maestro Electo devino Orfeón Santiago y en 1962 se convirtió en grupo profesional.
A modo de síntesis, solo añadir que el trabajo desarrollado por la agrupación y su director fundador -que han continuado Daria y Sonia-, le reservó al Orfeón un sitio prominente en la historia musical y cultural de Cuba en los últimos 60 años.
Para corroborar la afirmación precedente ahí están, por ejemplo, los coros infantiles entrenados por integrantes del Orfeón; los conjuntos polifónicos de aficionados, formados por cantores y directivos del grupo; el inolvidable Coro Gigante, que requería un estadio beisbolero para sus presentaciones; la maestría en el canto coral; la cantidad de solistas de primerísima calidad salidos del coro; el prestigio del colectivo y de su dirección en cualquier escenario nacional o internacional; el recuerdo imperecedero del maestro Electo, fallecido en 2017 a los 88 años de una vida consagrada casi por completo al Orfeón y a los coros.
Suitberto Frutos, director del Centro Provincial de Patrimonio Cultural, y Rosa María Prades Bell, directora de la Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos, calificaron como trascendental el significado de este coro para Santiago de Cuba y entregaron flores a Sonia, la directora; el público, además, le regaló aplausos al Orfeón, y desde la Casa de la Trova llegaron a la Sala de Arte la vocalista Grisel Gómez, antigua integrante del grupo, y los maestros Alejandro Almenares y Gabino Jardines en las guitarras, y Osvaldo Calderín en el bajo, para juntos todos interpretar Triste muy triste, Ella y yo, y Dulce Embeleso.
“Cántico de celebración”, especialmente hecha para el Orfeón Santiago por el maestro Leo Brouwer, más “En la luna” y “Somos cubanos”, de Pedro Luis Ferrer, Samuel Formell, Yurka González y Melvin Rodríguez, cerraron el homenaje con voces, “manos” y bailes cubanos.
Así fue aquella jornada tan especial para el “Orfeón…”; para homenajear a un colectivo también especial, y para inclinarse ante la memoria y el legado de un maestro inolvidable: Electo Silva Gaínza.