La anterior es una realidad general, o al menos una muy cubana. Y quizá por eso, la emisora CMKW Radio Mambí, santiaguera por excelencia, a sus ya noventa años, sigue soñando y trabajando por mantenerse en ´´la onda´´, con los tiempos que corren.
En el homenaje que este semanario hace a la casa radial, fundada el 3 de julio de 1935, fuimos tras los pasos de una mujer que le ha dedicado su vida, fuerzas y creatividad a la nonagenaria ´´Mambí´´, como popularmente se le conoce.
Gertrudis Boizán Barrientos, Tula en sus años mozos, cuenta ya cuarentaisiete años como parte de la gran familia que es, según sus propias palabras, Radio Mambí. Y de estos, dieciocho al frente del colectivo, una tarea que le viene como anillo al dedo cuando comprende bien su deber como directora y asegura que es un miembro más del equipo, solo que tiene la responsabilidad de conducir las tareas.
Muchos periodistas y radialistas aseguran haberse formado en los estudios de la emisora…
Mambí es una escuela. Y no solamente porque muchos jóvenes vengan a nosotros a aprender, sino que nosotros vamos también a enseñar. Muchos de nuestros periodistas y comunicadores están vinculados a las aulas de la Universidad de Oriente, en estas carreras afines a los medios de comunicación.
Además, mantenemos un papel activo como Centro Docente. Todo esto es gracias a la empatía que nace siempre entre el colectivo y todo el que llega dispuesto a superarse. Es muy común hallar en un estudio, a cualquier hora, a un realizador junto a un joven montando algún trabajo, ya sea para concurso, las prácticas laborales o el aula. En ocasiones, incluso ha funcionado el espacio de la emisora como aula de esas mismas carreras. Hay una relación armónica entre los jóvenes y la emisora. Una relación de respeto, colaboración, y trabajo.
Mambí compite, por decirlo así, con Radio Siboney y CMKC, al esta tan cercanas. ¿Cómo logran, con noventa años ya, tener una audiencia tan fiel, y mantenerse en la preferencia de tantos oyentes?
Lo más importante es el intercambio constante. La comunicación emisora-oyente tiene que ser, necesariamente, bidireccional, en dos sentidos. Y el oyente debe sentirse escuchado. Además, de que la opinión de quienes nos prefieren, es fundamental para la conformación de toda la programación. No basta con informar: hay que hacerlo bien, acompañado de programas atractivos, que ofrezcan contenidos de calidad.
La radio es bella. Es grande. Y solo hay que pensar en la cantidad de personas a las que se puede llegar y educar, orientar y ayudar, para sentir un deseo enorme de trabajar bien.
Y eso se logra cuando hay unidad en el colectivo…
Nadie tiene duda de que nuestra casa radial es una familia muy grande. Aquí todos trabajamos porque amamos lo que hacemos, y por el compromiso inviolable con los oyentes. Cuando hay motivaciones como esas no hay problema interno que no se pueda solucionar, por la causa que sea. Todo el que llega a W es acogido como si llevara mucho, mucho tiempo con nosotros y es algo hermoso.
¿Esto hace más difícil ser la directora, por la relación tan cercana?
Todo lo contrario. Puedo asegurar que es muchísimo más fácil dirigir, porque la armonía da también confianza, que es fundamental tanto en la familia como en el trabajo. Conocer bien a los colegas garantiza que no se cometan injusticias; saber las dificultades que puedan tener. Siempre les digo que yo soy un miembro más del colectivo.
Muchos de sus programas son de los más escuchados en el territorio…
Así es. Esto no lo decimos nosotros, sino todos los que nos escuchan. Y las encuestas y estudios que se hacen lo confirman. Actualmente tenemos 79 programas en la parrilla, y trasmitimos diecinueve horas diarias. Toda la programación está pensada en función de lo que le pueda gusta a la gente.
En Mambí hay propuestas para todo el mundo, y gracias a eso nos mantenemos en la categoría de emisora provincial, aunque trasmitimos para el municipio cabecera. Hay programas como Café con música, Radiando, La hora del oyente, Buenas tardes, Santiago, y otros espacios como el informativo Saeta y el Noti W, de gran aceptación. Hay un pedacito para cada persona.
Hay Mambí para todo el mundo.
Sí. Y eso se logra escuchando a quienes nos escuchan.
En contra de los vaticinios que aseguraban el fin de la radio, aún hay muchos que apuestan por ella…
Yo digo que la radio nunca va a desaparecer. Pasarán los años y seguirá en el lugar que ha estado siempre, en gran medida porque ha sabido reinventarse y adaptarse a los cambios que se producen constantemente. Incluso en Internet está, hace tiempo ya, la radio.
Y Mambí seguirá, como siempre, en el corazón de su pueblo.