El Profesor Titular del Departamento de Historia de la Universidad de Oriente, con más de 45 años dedicados al estudio, divulgación, enseñanza y protección del legado de la vida y obra martiana refirió sentir que “este premio lo merecen las personas que le han dado valor a mi trabajo, dígase de los centenares de alumnos a quienes he formado -tanto en pregrado como posgrado-, ellos han asimilado el mensaje; a aquellos que no abandonaron nunca los Seminarios Juveniles Martianos. Yo asumo esto como un reto y compromiso a seguir en este placer.

“Martí y su obra tienen una virtud: cautivan; intento siempre que los alumnos lo estudien por la lectura de sus escritos. Su palabra, quien la consulta una vez, lo hará siempre. Hay que lograr que las nuevas generaciones y el pueblo de Cuba lo lean, profundicen y lo busquen”.

Joven comprometido con la historia

De la significación de estos premios y de cómo guía para ser mejores como profesionales, historiadores, seres humanos, Chang Arranz compartió con Sierra Maestra que:
“Cualquier reconocimiento requiere esfuerzo y concentración, pero sobre todo tener a muchas personas cerca; este en particular requiere el acto de comprender a la gente.

“Se llama Patria y habría que hurgar siempre en lo que representa la Patria para el ser humano y para cualquier cubano en cualquier parte del mundo. Estamos hablando del barrio, de nuestra cultura, de nuestros amigos, de la sangre, de la familia, donde quiera que esté. Todo eso conforma a la Patria. Cada uno de esos elementos te van conformando y construyendo como ser humano.

“La conjugación de todo esto es lo que te ubica frente a un Premio como este, que se convierte para un joven de 33 años en un compromiso enorme; te pone en sintonía con quien hizo posible el sueño de un Periódico llamado así, que fue José Martí, que tenía principios básicos para la Nación, sueños y aspiraciones para nuestro pueblo.

“El apropiarse de esa energía, de esa espiritualidad, te convierte en un canal directo para lo más importante de todo a través del Periodismo, que es estar cerca de la gente, porque la Patria es precisamente eso: estar cerca de las personas”.

-Sabes de estar cerca de las personas, para hacer historia y rescatar nuestros valores y tradiciones

“La historia la hacen las personas, la gente, necesitamos comprenderla con sus complejidades, conflictos, aspiraciones, sueños, esperanzas, generaciones distintas, para poder explicar y contarles la historia. No podemos construirle un héroe, un mártir a la persona si no entendemos qué sintió frente a un hecho; qué emoción vivió frente a una decisión.

“Si nosotros logramos comprender la psicología interna de cada uno, Maceo, Martí, Fidel en su tiempo, estaremos entendiendo la psicología de una sociedad que es compleja, de las personas que ayudaron a edificar.

“Si logramos interpretar como periodistas e historiadores, quizás no con exactitud, pero sí con flexibilidad y una visión dialéctica, cada una de esas perspectivas, estaremos construyendo una narrativa de la Historia de Cuba verdadera, pero sobre todo cercana y empática a los demás”.

-Y que conlleva a superarse constantemente...

“Me obliga a superarme sobre todo por los lenguajes que utilizan hoy las nuevas generaciones. La manera en que nos comunicamos no es la misma de hace diez años y no será la misma mañana, ya que la comunicación evoluciona constantemente.

“Hay que comprender cómo están interactuando las personas, cómo a lo mejor están en sus burbujas, tienen sus nichos, para nosotros llegar con un mensaje directo, no solo a la mente sino al corazón de la gente. Tenemos que aprender a emocionar, a que sientan junto con nosotros lo que les queremos decir.

“Si no logramos un país que se emocione con lo que decimos como profesionales, habremos fallado”.

- En Santiago de Cuba hay más historia y compromisos

“El peso es doble, porque el valor simbólico es enorme. Una vez Eusebio Leal en una entrevista me decía que Santiago de Cuba era como el lugar al que hay que ir siempre para obtener energías. Aquí puede que alguien se sienta más cubano que en cualquier otro lugar, porque aquí la historia quiso que confluyeran muchos elementos en esta ciudad.

“Lo hemos aprendido con historiadores, caminando, tiene héroes y sucesos que son únicos, que cambiaron la geopolítica del mundo, como la guerra hispano-cubano-norteamericana, el Moncada, la construcción de la Revolución. No es por gusto que Santiago es un epicentro que puede ayudar a construir una narrativa; depende de nosotros cómo la coloquemos en el discurso contemporáneo, y de que esas personas que se sienten distantes de esa historia comprendan que vienen de ese lugar, forman parte de ese proceso y son el resultado de ese sueño. Ese sueño es el que va a ayudar a construir y a mantener hoy el nuestro”.