Pero… ¿Cómo el Comandante en Jefe tuvo presente los sucesos del Moncada durante la guerra en las montañas? ¿Cómo trascendió en palabras y acciones aquella victoria moral del 26 de Julio de 1953? Para encontrar algunas respuestas a las interrogantes, recurrimos a “La Victoria Estratégica”, primero de dos volúmenes en los que Fidel hace una minuciosa descripción de los avatares de los barbudos.
Desde el primer capítulo comienzan las referencias a los sucesos del Moncada, cuando interpretó la reacción de los santiagueros durante el sepelio de Frank País García: (Castro Ruz, Fidel 2010) “Lo que ocurrió ese día demuestra que aquella ciudad de gran tradición patriótica se habría levantado si el 26 de Julio hubiéramos ocupado el Cuartel Moncada”.
Como una alusión implícita, también puede entenderse la respuesta del líder a una pregunta que hacía referencia a un posible abandono de la Sierra Maestra a raíz del fracaso de la huelga del 9 de abril del 1958: (Castro Ruz, Fidel 2010) “Hemos aprendido a luchar contra lo imposible, aquí caerá gloriosamente, si es necesario, desde el primero hasta el último rebelde. La patria no se abandona para salvar la vida. Un ejemplo vale siempre más que un hombre”. Precisamente el ejemplo que dejó la generación que no dejó morir las ideas de Martí en el año de su centenario, fue acicate para continuar la lucha armada como camino hacia el Primero de Enero de 1959.
Sin embargo, la presencia más explícita, en el Ejército Rebelde como institución, del espíritu del Moncada se plasmó al referirse a la Administración Civil del Territorio Libre: (Castro Ruz, Fidel 2010) “…llegó a estar integrada por ocho departamentos encargados de asuntos agrarios y campesinos, educación, salubridad y asistencia social, justicia, promoción, industrias, obras públicas, suministros y finanzas. Aspectos relevantes de su labor fueron la asistencia médica, la escolarización y la alfabetización…” Resolver las necesidades imperiosas de los hombres del campo que fueron denunciadas por Fidel en el alegato “La Historia me Absolverá”, tuvo tanta prioridad durante la guerra en la Sierra Maestra y otros frentes, como el firme objetivo de vencer al enemigo en el campo de batalla.
Otra alusión al Moncada, en esta ocasión en antítesis a los desmanes de los esbirros de la tiranía durante las horas ulteriores al ataque a la fortaleza y una lección de moral y humanismo que marcó el sentido de la Revolución, fue el respeto a la vida de los prisioneros: (Castro Ruz, Fidel 2010) “Pusimos en libertad, sin condición alguna, a los prisioneros de guerra, a quienes respetamos la vida, cuidamos su salud cuando estaban heridos y protegimos en medio de los combates”.
El Asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes por los jóvenes de la Generación del Centenario, legó a los cubanos que defienden el proyecto social emanado del Programa del Moncada, la capacidad de levantarse ante las adversidades, convertir los reveses en victorias y la resistencia creativa del pueblo que aflora en los momentos más difíciles de la Revolución.
Fuente citada: Castro Ruz, Fidel (2010): La Victoria Estratégica, La Habana, Grupo Creativo del CC PCC.
