Hubo de todo en los cinco continentes. No faltaron marchas pacíficas, ni tampoco represiones, aunque siempre destacan algunos hechos por su singularidad dentro de lo que entrañan, de cara a Google, las noticias que lograron posicionarse en el mar de lo disponible y de lo que puede ser real… o no.
En Europa, tomemos como ejemplo a Francia, donde, según la central obrera francesa, se movilizaron alrededor de 200 000 manifestantes en todo el país; pero en París, la cosa terminó como suelen hacerlo las películas violentas de un sábado a medianoche.
Hubo vandalismo, camioneta y basureros incendiados, vidrieras destrozadas, apedreamientos…, y para desconcentrar a los más de 50 000 que habían partido hacia la Bastilla, las fuerzas del orden recurrieron a la violencia, gases lacrimógenos y 45 detenidos. ¿Principales demandas? Salarios, una Europa más protectora y el fuego en Gaza, indican medios locales.
Mientras, en la América Nuestra, donde varios presidentes marcharon con sus pueblos, un caso digno de observar podría ser el de Bolivia, donde el Jefe de Estado, Luis Arce Catacora, y el vicepresidente David Choquehuanca, se fusionaron con el proletariado en Cochabamba.
«Desde el primer día en que fuimos Gobierno, la derecha nacional e internacional continuó con su tarea de conspirar contra el Gobierno del MAS-IPSP», dijo el Presidente boliviano, al desnudar las tácticas políticas tradicionales en el continente para separar los gobiernos progresistas del movimiento popular, generando condiciones para la implosión a partir de «enfrentarnos, confrontarnos, dividirnos, sabiendo que esa era la forma de deshacerse del instrumento político que nos llevó a la victoria».
Desafortunadamente, solo noticias desalentadoras llegan desde Oriente Medio, donde siguen los ataques de Israel sobre Palestina, dejando una estela imborrable de sangre y desamparo.
El saldo humano de la guerra, hasta ahora, es de al menos 34 568 palestinos muertos, y 77 765 heridos, desde el 7 de octubre, según la ONU. Muchas banderas palestinas, en solidaridad, ondearon en manos trabajadoras de todas partes del mundo.
Hoy, desde Cuba, habrá también un llamado internacional al cese inmediato del genocidio, cuando sesione el Encuentro Internacional de Solidaridad, con sede el Palacio de Convenciones de La Habana, sitio desde el que, más de una vez, se ha defendido el derecho de cada país a ser sin que eso signifique cercenarles la existencia a los demás.