Santiago de Cuba,

Sandy: “Lecciones no aprendidas”

29 October 2022 Escrito por 

El pasado 25 de octubre se cumplieron 10 años del paso del huracán Sandy por Santiago de Cuba. Aunque este fenómeno meteorológico también afectó las provincias de Guantánamo y Holguín, los mayores daños estuvieron aquí. Para los habitantes de la tierra caliente nunca antes hubo un evento tan devastador y en la memoria todavía está latente la noche más larga del 2012.

A una década de aquel suceso las huellas de este huracán todavía están presente en la infraestructura social, en la economía y en el medio ambiente. Aunque mucho se avanzó en la recuperación y construcción de nuevos asentamientos y la restauración de la naturaleza,  las vulnerabilidades y el riesgo vivido son lecciones no aprendidas, que en vez de disminuir aumentan en el tiempo.

Este criterio fue expuesto en el encuentro con profesionales de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba, la Sociedad Cubana de Geología, la dirección del Órgano de la Defensa Civil de la provincia y especialistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, con el objetivo de patentizar su compromiso y responsabilidad social para lograr una cultura de gestión de los riesgos dirigida al desarrollo local sostenible.

En el encuentro el ingeniero y Dr.C Fernando Guasch Hechavarría, impartió una conferencia sobre las Lecciones no aprendidas referentes al riesgo informado en función del desarrollo sostenible de la República de Cuba.

En la imagen se perciben los daños sufridos en la carretera Santiago GranmaEl científico, de renombre en el país y con alrededor de 20 años de experiencia en el análisis de fenómenos de gran impacto tanto  nacional como internacional, explicó que por la ubicación de Cuba siempre estaríamos en riesgo de sufrir los daños provocados por eventos meteorológicos extremos, ya que el mar Caribe es un escenario proclive para la intensificación de los huracanes.

El sismólogo, devenido como analista de riesgos, puso como ejemplo las afectaciones provocadas por el huracán Denis en 2005, el cual también causó grandes estragos en la zona oriental. Dijo que el nivel de vulnerabilidad, que es la variable más compleja vinculada a situaciones de emergencia y desastres, fue determinante en el impacto de estos fenómenos, independientemente de las características de este, destruyendo el 98 % del fondo habitacional de la localidad de Pilón, Granma.

El investigador llamó la atención de que en estos momentos hay una invisibilización en las estrategias de desarrollo de las provincias y los municipios con respecto a la infraestructura vial, haciendo referencia a la carretera que une a Santiago y Granma por el litoral, la que una y otra vez ha sido afectada tras el paso de eventos meteorológicos.
Guasch señaló con respecto a esto que los ingenieros civiles y de la construcción, así como los geólogos, geofísicos y planificadores tienen responsabilidad cuando se viola la calidad de las investigaciones ingeniero geológicas, la ubicación de los pilares, entre otros factores relacionados con el comportamiento de este tipo de estructuras.

Con respecto al huracán Sandy, Guasch dijo que hubo una baja percepción de la amenaza o peligro que representaba para la ciudad de Santiago de Cuba.

"Este 'señor' no fue cualquier huracán; por las condiciones que encontró se originó dentro del Caribe, tuvo un desarrollo, intensificación y evolución muy rápidos, pasó por las etapas reconocidas por el Sistema de la Defensa Civil de la República de Cuba y prácticamente se fueron atropellando.

“ ‘Sandy’ trascendió porque no solo destruyó las provincias del oriente de Cuba, salió al Atlántico, siguió fortaleciéndose,  se extratropicalizó y causó 100 muertos en Canadá. Es decir, pasó a la historia como un fenómeno intenso y hoy en día se está tomando como patrón para significar las variables climáticas, el riesgo climático y la influencia del cambio climático en el mar Caribe".

Nuevos asentamientos fueron construidos después del huracán SandyAl despertar la población vio destrucción, desolación, una ciudad que estaba oculta y sobre todo un fondo habitacional muy afectado. De igual forma hubo daños en sitios vitales de la economía como el puerto, aeropuerto, entre otros, lo que permite decir que ‘Sandy’ fue un desastre total para Santiago de Cuba, medido por cuatro dimensiones que determinan la magnitud de un desastre: la medioambiental, física construida, la social y la económica.

Según el especialista este análisis de antecedentes con el ‘Denis’ y de evidencias del impacto de ‘Sandy’ permiten ver la importancia de la gestión del riesgo informado en función del desarrollo sostenible del país.

"Para esto es necesario ver el ciclo de reducción de los desastres. Nos impacta un fenómeno, nos genera un desastre y en cumplimiento de lo legislado en la nación se proyecta la etapa de recuperación.

"A partir de ‘Sandy’ se empieza la restauración de lo dañado, se realizan nuevos asentamientos y sistemas constructivos para reponer el fondo habitacional. Como analista de riesgo que soy hubo una buena gestión reactiva ante la situación de desastre. Sin embargo, también puedo decir que nos faltó una buena gestión correctiva y la prospectiva.

"Primero me refiero a que no hemos tenido una buena estrategia de intervención continua con respecto a un fondo habitacional vulnerable ante un fenómeno de similares características.
"Vuelve a impactarnos un evento y hoy tenemos viviendas y población expuestas a estas situaciones de amenaza y peligro, cuestión que debe considerarse. También hay que tener una gestión integral donde cada uno de los elementos de la sociedad se comprometan y halen parejo.

"Los desastres dejan huellas psicológicas, por lo tanto hay que trabajar en ese sentido, creo es una deuda que tenemos de ‘Sandy’. Aún hay personas que están sufriendo las consecuencias, pues solo se ha repuesto alrededor del 50% de las viviendas dañadas de forma total.

"Estas vulnerabilidades van en contra del desarrollo sostenible. A nivel internacional está reconocido que el riesgo informado es una variable determinante. Si usted reduce el riesgo, evita desastres y garantiza el desarrollo.

"Desde la investigación y la ciencia tenemos que incidir más en quienes toman las decisiones. El riesgo es una variable que nos informa acerca de la probabilidad de pérdida y daños que se pueden producir en un escenario ante una amenaza o peligro. El riesgo depende de las amenazas y vulnerabilidades y si las amenazas son múltiples y las vulnerabilidades son crecientes, el riesgo es una variable compleja y desgraciadamente no siempre la tratamos con una visión multidimensional.

"También depende de lo medioambiental, de lo construido, de lo social y económico. Es dinámica porque cada vez que surge un barrio informal en Santiago de Cuba se incrementa la vulnerabilidad de la ciudad.  Por lo tanto no se puede estar trabajando con datos del 2000 para hacer estrategias de gestión de riesgo en el 2022.

"Hay quienes dicen que los desastres son inevitables, considero que son prevenibles y la mejor forma es haciendo una correcta gestión de los riesgos. Si usted reduce vulnerabilidades reduce la susceptibilidad de los elementos expuestos al daño y  son menos las pérdidas que se producen. Si todos los años hubiéramos reducido un 5% las vulnerabilidades del fondo habitacional, hoy fuéramos 50% menos vulnerables de lo que éramos hace 10 años cuando ‘Sandy’. Sin embargo, sigue creciendo la vulnerabilidad, sigue creciendo el riesgo y la probabilidad de que una amenaza se transforme en una situación de desastre", concluyó.
Han pasado 10 años, mucho se ha recuperado, pero cierto es que falta por hacer. Existen familias en espera de mejorar sus condiciones de habitabilidad, de  materiales de construcción para avanzar por esfuerzo propio,  de una nueva casa…

Es una etapa dura para Cuba, donde las limitaciones se acrecientan ante el férreo bloqueo y el paso de epidemias que han limitado la ejecución de los programas de vivienda y otros de igual importancia. Confiamos en que paso a paso la economía se recupere y se puedan atender estos asuntos necesarios para la protección y preservación de los bienes y la vida de las personas en un país muy propenso al azote de fenómenos naturales; sin restar importancia a las investigaciones y criterios de expertos. 

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Yanet Alina Camejo Fernández

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