Su nombre: The Santiago Barber Project, una iniciativa autóctona y original que no solo favorece a quienes más necesitan de un cambio de look o atención de imagen, y no pueden costeárselo, sino que también da amor.
Recientemente los muchachos que lo integran, la mayoría jóvenes convocados por uno de los fundadores para prestar el servicio de barbería desinteresadamente, visitaron el Hogar de Ancianos América Labadí -con un total de 88 residentes-, donde la moneda de cambio fueron sonrisas y la satisfacción tras concluir, al mirarse al espejo.
Domingo Alfonso Vidaña, de 73 años, quien reside de forma permanente hace alrededor de dos años, refirió: “ha sido muy buena la atención de todo el personal. Este gesto es muy adecuado, porque a veces no podemos sacar dinero o presentamos alguna dificultad con el tema monetario, y ellos lo hacen libre de costo y de manera voluntaria”.
Igual criterio manifestó Alberto Garrido Castañeda, de 68 años: ”son muy atentos con nosotros”. Salvador Barresta Vera, de 81 años, celebró ese día el cumpleaños muy apuesto.
Por otra parte, Nipsi Agüero Cabrera, Jefa de Sala, destacó: “nuestros adultos mayores estaban peludos y barbudos, y ellos los hicieron sentirse bien”.
Lázaro de los Santos Sánchez Colás, especialista en Higiene y Epidemiología, subrayó: “pese a que no contamos con las condiciones para prestar este servicio, su ayuda ha hecho todo esto posible. Le brindan cariño, la familiaridad del santiaguero, que también es otro tipo de bienestar, no solo económico, sino espiritual. Esperamos que se mantengan en nuestro centro”.
Carlos Jhoan Medina Pérez, su director, aludió: “Son muy buenos en su trabajo y están haciendo un excelente proyecto, sobre todo siendo jóvenes y teniendo esa actitud altruista. Realmente es esa la cualidad que debe destacar en la juventud de hoy”.
Más que barberos
Daniel Torres Vinent, fundador del proyecto, quien hace diez años labora en este oficio, y reside en calle 14, edificio 17, del Reparto Versalles de Santiago de Cuba, explicó a Sierra Maestra cómo surge la chispa de esta obra social: “La idea viene porque en una de mis visitas a otro barbero, él decía que no atendía a personas mayores. Eso me hizo cuestionarme qué sería de ellos, o de quienes no pueden pagar un corte, que no les alcanza, o están en casas de ancianos.
“Un arreglo te puede costar de 100 a 500 pesos. Empecé a motivar y sumar a jóvenes en esta tarea. Contactamos con el director del hogar con esta finalidad. Pero queremos llegar a hospitales, centros de discapacitados, hogares de niños sin amparo familiar, maternos, a personas en situación de vulnerabilidad, que no tienen para pagar la barbería; ir a instituciones de educación, Círculos Infantiles... En la comunidad donde vivo pelo a personas incapacitadas y postradas sin costo alguno”.
Otros de sus miembros e iniciadores es Raidel Alberto Alcántara Pacheco, estudiante de la escuela Renato Guitar, de 19 años, que cursa la especialidad de servicio de gastronomía, pero además le apasiona el trabajo de barbero.
Se suma Marco Brayan Benavides Rosa, alumno de la 'Renato' del segundo año. Él contactó con Daniel para formar parte de esta familia, y gracias a esto se anima e inspira a seguir haciendo por los demás.
Leomandis Lao Echavarría, quien se incorporó recientemente, tiene 38 años, y Maikel Brayan Benavides de la Rosa, de los nóveles que cursa estudios de igual manera en la misma escuela.
The Santiago Barber Project brinda estilo a todos; constituye una fuente de empleo en estas edades, donde lo más importante no deviene el dinero, sino la humanidad con que se obra. Que más personas, organizaciones e instituciones participen y llegar a la mayor cantidad de necesitados, es el fin y el medio del proyecto.
