Sucede que tanto Juan Carlos, el mencionado jubilado, y el resto del colectivo, tuvo la dicha de contar con Henry Reyes Rodríguez, quien trabajó durante 50 años en la empresa y ejerció como presidente del órgano de justicia laboral durante 30.

Aunque acogido al retiro desde 2018, asegura que “haber sido elegido como juez lego por mis compañeros significó el principal reconocimiento a mi persona y, por supuesto, a mi trabajo”.

“Desde 2018 dejé de ser juez lego, pero mientras lo fui estuve en igualdad de derechos y deberes que los jueces profesionales, ya que nuestro sistema judicial tiene la peculiaridad de ser verdaderamente popular: trabajadores, estudiantes, amas de casa y jubilados, pueden impartir justicia contando únicamente con los valores, el respaldo del pueblo o el colectivo laboral y tener como mínimo 9no. grado de escolaridad”.

La experiencia acumulada por Henry da fe de que “quien asuma tan alta responsabilidad debe conocer las leyes, especialmente el código de trabajo, tener un sentido agudo de la justicia, despojarse de preferencias, asumir la neutralidad como premisa y comportarse dignamente, tanto en lo público como en lo privado”.

En una ocasión -recuerda Henry- “un compañero sustrajo unas gomas del almacén, acusando a una de las integrantes del cuerpo de vigilancia y protección como responsable del delito; ella enseguida acudió a nuestro Órgano y, tras una exhaustiva investigación, la decisión fue expulsar al culpable y reivindicar a la señora que injustamente había sido cuestionada. El compañero había trabajado junto a mí durante muchos años, fue una decisión difícil pero apegada a la verdad; a la hora de juzgar lo que valen son las pruebas y los hechos, más allá de las palabras”.

Cada cinco años este sanluisero era ratificado en su posición y recibió numerosos reconocimientos del Tribunal Popular Provincial de Santiago de Cuba pero, sobre todo, el de sus compañeros de trabajo, familiares y amigos que asumieron el dicho de que “lo que no gana, lo deja claro” para calificarlo e identificarlo. El que en Cuba existan jueces de este tipo constituye otro argumento que patentiza la democracia de nuestro sistema político. Al igual que Henry, miles de cubanos han aportado su experiencia y ejemplo personal al complejo acto de impartir justicia.

Las funciones de estos hombres y mujeres, dada su importancia, resaltan en el ámbito social y laboral. Cuando realizan los procesos investigativos y las sesiones para llegar a un veredicto, se les mantienen sus derechos como trabajadores. La propuesta y elección es abierta y se crea una comisión de selección de candidatos en las organizaciones de masas y sindicales.

Luego, son elegidos por las asambleas del Poder Popular, de acuerdo con la instancia en que funcionarán: municipal, provincial o nacional.

Este 12 de octubre en Cuba se celebró el día de quienes imparten sin titularidad jurídica, justicia en las distintas instancias de los tribunales populares de la República.