En un país donde el envejecimiento constituye el principal desafío en el orden demográfico, incrementar la atención a los adultos mayores es prioridad de todos. En este sentido, los hogares de ancianos y las casas de abuelos pueden ser los lugares idóneos para los adultos mayores que no cuentan con la protección familiar o que requieren cuidados a tiempo parcial. Estas instituciones cuentan con personal calificado para velar por su salud física y mental. Así ocurre en el Hogar de ancianos América Labadí Arce, de Santiago de Cuba, que ofrece atención de forma interna y seminterna, y contribuye a elevar la calidad de vida de sus usuarios.
Lograr la excelencia en el servicio es el desafío del doctor Carlos Medina Pérez y de su equipo de trabajo en el "América Labadí", donde -en tan solo un mes como director de ese centro médico y psicopedagógico- se ha ganado el amor y respeto de pacientes y empleados.
El galeno dijo a Sierra Maestra que la prioridad es lograr que todos los abuelos, como él cariñosamente les llama, tengan la mayor calidad de vida posible. Sin embargo, reconoce que el amor y el amparo familiar son insustituibles.
Aunque los ancianos llegan a crear vínculos afectivos muy fuertes en la institución, algunos presentan gran dificultad para acostumbrarse a estar separados de sus seres queridos.
Hay tristeza en sus palabras al recordar la vulnerabilidad de una de las ancianas, que sufre el desamor de sus parientes y muestra claras señales de depresión.
El médico insiste en que la familia es la principal célula de la sociedad, y apela a los sentimientos de los familiares de los ancianos para que, al dejarlos en el Hogar, no los olviden, y acudan regularmente a visitarlos, pues a pesar del cariño que les brindan el personal y los compañeros, no es suficiente.
Además explicó que la depresión acarrea consecuencias muy perjudiciales como la descompensación de enfermedades crónicas e, incluso, la idea de atentar contra su vida.
Las historias que allí se cuentan marcan el día a día de los trabajadores de la residencia geriátrica. El Hogar materializa el anhelo de disfrutar de condiciones de vida dignas en la vejez.
Utilizar la experiencia profesional y el deseo de ayudarlos a tener una mayor vitalidad como principales herramientas, es la fórmula para perfeccionar la labor en la institución santiaguera. Es el aporte de ese colectivo al empeño de crear una sociedad donde el adulto mayor pueda disfrutar a plenitud de esta etapa de su existencia. La premisa es seguir trabajando por una vejez digna para que cada longevo sienta la felicidad de vivir.