Este santiaguero comenzó a laborar como operador de caldera en pleno año 95, cuando Cuba transitaba los duros días del “Período Especial”.
Las pruebas del momento fueron superadas con éxito, y tras varias experiencias, crecimientos profesionales y mucho compromiso, Wilfredo sigue recorriendo los pasillos de Renté, tan enamorado de su labor como el primer día.
Blanco Carbajal, recuerda sus inicios con total claridad y comenta, “comencé a través de un curso de Operario de Caldera, obtuve buenos resultados y decidí aprovechar las oportunidades de capacitación que se ofertaron; fue así como llegue a Operador A”.
Su labor marcada por un correcto desempeño y entrega, hicieron posible que le fueran otorgadas nuevas responsabilidades. Para él ha sido un reto constante desempeñarse durante 11 años como Jefe de Bloque.
“Es un trabajo que exige disciplina –señala Blanco Carbajal-, el esfuerzo físico es grande y hay que estar preparado también mentalmente para las situaciones de estrés que se suscitan a diario.
“Las condiciones en las que laboramos incluyen riesgos importantes para la salud. Nos encontramos expuestos a altas temperaturas, presión, gases, altura y corrosión. A pesar de los aislantes y las medidas de seguridad que se adoptan, el peligro está ahí y hay que aprender a vivir con él”.
Turnos agotadores de 24 horas sortean Wilfredo y sus compañeros, en la difícil tarea de continuar generando electricidad, a pesar de las grandes limitaciones por las que atraviesa hoy el país.
Madrugadas en vigilia permanente para procurar mantener los parámetros indicados. Un trabajo que no entiende de cansancio cuando se trata de reponer el funcionamiento de alguna unidad.
“Mi cargo implica la supervisión de las unidades 3 y 4, es importante estar pendiente de cada detalle, y todo se vuelve más complicado con la escases de piezas para reparar las averías, explica Carbajal.
“Sin embargo, siempre se trata de encontrar una solución mediante la innovación y echando mano a la experiencia, acudimos a cualquier recurso, porque lo importante es restablecer el servicio lo antes posible”.
Un pequeño de poco más de un año espera en casa a este hombre de enorme responsabilidad, que reconoce lo difícil que es llevar las tareas personales y laborales al unísono.
Wilfredo entiende que su encargo con la sociedad es también con su hijo, y a 25 años de trabajo asegura, “generar electricidad significa ofrecerle a las personas un enorme beneficio, esto es lo que me gusta hacer”.