Santiago de Cuba,

“Cuba me enseñó que para ser médico, hay que ser humano”

24 August 2023 Escrito por 

Entrevista con el doctor Shemar Jamal Rocke, mejor graduado extranjero de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, en el curso escolar 2022-2023

Buxton es un pequeño pueblo en las afueras de Georgetown, la capital de Guyana. Es donde vive Shemar Jamal Rocke, el hijo de una cocinera y de un chofer de autobús, el joven que regresará a casa este verano con su Título de Oro de Doctor en Medicina y la satisfacción de ser el mejor graduado de su promoción.

Siete años en Cuba cambiaron muchas cosas en el joven de mirada alegre y chispa en las palabras: no es el médico que soñaba, sino el que aprendió a ser.

¿Por qué decidiste estudiar Medicina en Cuba?

“Mi familia no puede pagar lo que cuesta hacerse un profesional en mi país, por eso me presenté a las entrevistas para obtener la beca y estudiar aquí. Cuba es reconocida por la calidad de sus médicos y, además, la formación es gratis.

“A los 18 años me presenté a una especie de competencia para optar por la beca. Había que tener buenas notas de la secundaria y el preuniversitario, y presentarse a unas entrevistas. Solo cuatro logramos la beca y matriculamos en la Escuela Latinoamericana de Medicina en 2016.”

¿Cuba cumplió con tus expectativas?

IMG 20230809 123917 1“En mi país un médico es alguien de un nivel superior, que todo el mundo lo mira con respeto. La gente no le habla al médico de cualquier forma porque el médico no es alguien sencillo en el pueblo. Y yo vine pensando que quería ser esa clase de médico. Pero llegué a Cuba y la primera cosa que noté fue que aquí los médicos se montan en la guagua con los demás, que hacen su trabajo a pie… y que a pesar de eso son excelentes.

“Entonces Cuba me enseñó a ser aún más sencillo, me enseñó que un médico no puede estar por encima de los demás, sino al mismo nivel porque solo así puede entenderlos y solo así puede ayudarlos. No puedes pensarte superior porque ser médico no te hace superior. Para ser buen médico, hay que ser buen ser humano, y eso se lo agradezco a Cuba.”

 ¿Qué harás ahora?

“Voy a volver a mi pueblo. Yo vine con el compromiso de retornar y brindar mi servicio social, trabajando y ayudando a la gente. Y eso es lo que quiero hacer. Buxton tiene una historia triste, hasta hace unos años había mucha violencia, pero eso ha cambiado bastante y creo que como médico puedo contribuir a que siga mejorando la vida de las personas allí.”

¿Piensas volver a Cuba alguna vez?

“Sí. Por ser el mejor graduado de mi promoción me ofrecieron una beca para cursar la especialidad aquí. Escogí Medicina Interna  y espero que dentro de unos años, después del servicio social en mi país, me permitan volver a Santiago de Cuba a estudiar.”

¿Te gusta Santiago?

Shemar sonríe y el sudor en su frente es como el preludio de lo que dirá: “Me gusta, aunque hace mucho calor. Todo me queda cerca y no tengo que coger carro, puedo andar… y los santiagueros al principio me daba trabajo entenderlos pero con el tiempo me acostumbré a su manera de hablar y siento mucho amor por las personas que he conocido aquí. Por eso quiero regresar.”

¿Qué opinas de la formación que recibiste aquí?

“Voy a ser realista”-dice, y la sonrisa desaparece. Con rostro muy serio,  prosigue: “aquí hay muchas carencias, pero para mí ha sido una formación excelente.

“Desde primer año estamos en contacto con los pacientes, ganamos habilidades para trabajar con ellos, para tocarlos. Y una cosa que me gusta es que la población cubana tiene la disposición de ser paciente. Tú llegas a una casa y te dicen ‘médico, buenas, tómeme la presión’, y yo ‘ah, bueno, sin problemas, le tomo la presión arterial y así practico’. Aquí la docencia se basa en la práctica.

“Yo he ido a un centro de Salud a aprender un proceder y me han dicho ‘Médico, no hay sutura, no hay jeringuilla’, y he sentido la frustración de perder el día porque fui a practicar esa habilidad y no pude. Pero también he aprendido que los cubanos siempre resuelven: al otro día viene alguien y te dice ‘¿Médico, tú no estabas buscando jeringuillas? ¡Ven! ¡A practicar!’

“Los estudiantes de Medicina deben que tener interés de aprender, estar cerca de las enfermeras porque ellas enseñan mucho. Aquí la docencia es mejor porque todo el mundo enseña, no solo los médicos. En este país yo he visto auxiliares de limpieza que de tantos años trabajando en Salud saben sacar sangre a la perfección.

“Si uno está atento al trabajo de los médicos y de los enfermeros, gana todas las habilidades que necesita. Realmente la enseñanza de la Medicina en Cuba es muy buena y por eso quiero regresar.”

Cuando te dije que buscáramos un lugar para hacer la foto me dijiste “allí, con el Comandante”.  ¿Por qué?

“Porque gracias a él hoy yo estoy aquí. Gracias a él volveremos a nuestros países siendo médicos. Fidel quiso crear un ejército de batas blancas y pudo haber sido un ejército de batas blancas solo para su pueblo; pero no. Lo quería para todos los pueblos: formar profesionales para ayudar a la gente y salvar vidas en África, en el Caribe, en América Latina…

“Fidel abrió esa posibilidad y todos nosotros, los que nos graduamos ahora y los que estudiaron en Cuba y hoy están por todo el mundo, somos lo que somos gracias a Fidel.”

En los siete años de estudio, Shemar integró la Federación Estudiantil Universitaria, y formó parte de dos proyectos de la organización: uno para promover la ayuda de los jóvenes a las comunidades menos favorecidas mediante donaciones, audiencias sanitarias y otras iniciativas; el otro para realizar actividades recreativas con los niños hospitalizados y sus familiares.

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Indira Ferrer Alonso

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