Para mantener a la población libre de esta peligrosa afección, el Ministerio de Salud Pública ha promovido cada año la campaña de inmunización con carácter nacional, que beneficia a niños en edades comprendidas entre 1 mes y 2 años, 11 meses y 29 días, así como a los de 9 años, 11 meses y 29 días.

“De esta forma se protege a los cubanos en edades pediátricas de una enfermedad infecto-contagiosa, que daña el sistema nervioso central, causa inflamación del cerebro y de las neuronas motoras, y produce atrofia muscular, parálisis y deformidad y puede llegar a ocasionar la muerte”, dijo la doctora Mariela Cedeño Arroyo, responsable del Programa provincial de Inmunización en Santiago de Cuba.

Si bien la vacunación antipoliomielítica oral es un proceso habitual para los habitantes de la Mayor de las Antillas, muchas personas desconocen las características del padecimiento y su alta transmisibilidad.

Al respecto, la especialista comentó que la polio se transmite de una persona a otra por vía oral.

“Este virus se transporta en el agua o en los alimentos contaminados con materia fecal de una persona infectada. Al llegar al intestino, el poliovirus se multiplica y se excreta, de modo que se propaga rápidamente, como ocurre en varios países con los que Cuba tiene vínculos. El MINSAP considera que mientras quede un niño infectado en el mundo existirá el riesgo de que niños de otras latitudes contraigan la poliomielitis, por eso es imprescindible continuar con la vacunación porque es la única forma eficaz de combatir esta enfermedad”, aseguró.

A propósito del inicio, este lunes, de la segunda etapa de la Campaña nacional de vacunación antipoliomielítica, edición 61, Sierra Maestra comparte con sus lectores algunos datos sobre la poliomielitis, por la importancia de que las familias contribuyan a que sus niños sean inmunizados.