Galardonado con la Orden Lázaro Peña de Primer Grado por la prestigiosa trayectoria en el sector y en función del desarrollo social, refirió a la Agencia Cubana de Noticias que lo respaldan décadas de entrega premiadas a nivel de país.
Aseguró recibir la bandera de Vanguardia Nacional por 32 años consecutivos, hasta que la distinción se volvió exclusiva de los colectivos laborales, y ostentó el sello Educador Ejemplar durante una década, dada sus excelentes evaluaciones profesionales.
Significó que el Ministerio de Educación y la Central de Trabajadores de Cuba junto al Consejo de Estado le otorgaron las medallas Rafael María de Mendive y Hazaña Laboral, respectivamente, tras cinco lustros de desempeño con relevantes aportes a la formación de licenciados, másteres en ciencias pedagógicas y niños concursantes.
Durante su gestión como director del seminternado Lidia Doce, de esta ciudad, obtuvo la condición Reparador de Sueños en cuatro ocasiones, reconocimiento a la fructífera labor sistemática del maestro en la calidad del aprendizaje pioneril, afirmó Franco.
Respecto a la innovación, destacó la estrategia trazada para vincular a los estudiantes en la reparación y creación de medios de enseñanza, a través del trabajo en equipos y la participación activa de la familia en la tarea.
El acompañamiento de los padres y factores de las comunidades en el proceso de enseñanza-aprendizaje de escuelas primarias resulta determinante, señaló el metodólogo, de ahí los proyectos dirigidos a estrechar el vínculo entre estos actores.
Miguel Ángel Franco extraña impartir clases, mas le satisface contribuir al perfeccionamiento del sistema educativo con los resultados de su esfuerzo y socializar lo aprendido con las nuevas generaciones de pedagogos indómitos y cubanos.