Cafetería-pizzería La Vía Central, el centro Medité o Casa de las Infusiones Médicas, y la Heladería La Infinita, por ejemplo, no aceptan transferencia por ninguna vía posible; la mayoría de las entidades visitadas solo tienen habilitado EnZona, como el Coppelia La Arboleda, la UEB La España, la Chocolatería Fraternidad y la Tienda Comercializadora Labiofam.
Otro casos presentan sus particularidades como el Mercado El Santiaguero y el Complejo Chan-Chan, que también aceptan por Transfermóvil, el café Fortuna del Club Santiago que trabaja con post-it; la Librería José Antonio Hechevarría está a la espera de la habilitación del servicio de caja extra; por otra parte, en El Parque de los Sueños son pocos los puestos que aceptan opciones virtuales de pago, y como en el momento de la consulta, la persona que tenía la cuenta en su celular no estaba en el local, no fue posible. ¿Cómo puede algo tan importante depender de uno solo?
A esto se suma que algunos clientes a lo cuales se les preguntó, aludían que muchas veces le daban un No porque ese día existían problemas con EnZona, u otras razones. Sin embargo, en paladares no estatales y Mipymes, la situación es más favorable para los usuarios, aunque no en todos los casos.
Persisten muchas cuestiones sin resolver en la bancarización, como el respaldo para la extracción de efectivo, la apertura y utilización de las cuentas fiscales, la asociación a formas de pago digital; la fiscalización de todos los organismos implicados, la exigencia del cumplimiento de lo establecido, la facilitación de la instalación del Transfermóvil, que aún presenta barreras, la capacitación de los trabajadores, la alfabetización virtual de determinados grupos etarios, el contar con otras maneras ante la falta de un celular u otra tecnología...
Y los oportunistas utilizando esto en su favor, cobrando un 10 % o lo que se les ocurra por dar billetes físicos, y aceptar transferencias.
Mientras tanto está en el medio el día a día en la mesa, los víveres de la cotidianidad, que se quedan a la espera por la falta de un efectivo, de un móvil o del conocimiento.