Una realidad es ineludible en el contexto cubano: la tecnología con que se produce energía es obsoleta y constante mente se explota al límite de sus posibilidades; las reparaciones parciales y los mantenimientos ampliados que detienen la generación son imprescindibles en la aspiración de seguir utilizando las centrales con que contamos.
Los combustibles que se consumen en las unidades generadoras no están a libre demanda, pues cuesta cada vez más su compra o producción nacional, y la generación a partir de las fuentes renovables (sobre todo la eólica y la fotovoltaica), aun no aportan los niveles a los que se aspira, es un área en desarrollo que estamos seguros de que, en el futuro, hará más sostenible el consumo de energía, pero el presente es hoy y urgente.
Ante semejante cuadro energético, la reserva más importante con que contamos es el ahorro, al margen de todos los porqués, del éxito o no de las gestiones para resolver el problema, lo que nos queda es ahorrar y sepa usted que no es una solución de pobres, el ahorro siempre ha sido una forma de buscar eficiencia en cualquier sistema económico social, pues el despilfarro nunca lleva a buen puerto.
Haga una prueba en casa y busque en Google, yo encontré análisis interesantísimos, como un artículo (periodismo de datos) publicado en El País titulado “Apagón del capitalismo” en el que su autor Jorge Romero analiza las opciones que tiene España para enfrentar la crisis energética mundial y en uno de sus párrafos escribe: “Con este panorama, lo más sensato sería poder vivir necesitando menos energía. No significa vivir peor, sino repensar nuestra estrategia de consumo.”
Moraleja… la dificultad para satisfacer la demanda de energía, no es un asunto privativo de Cuba Socialista, asediada por el bloqueo económico, comercial y financiero que nos impone la mayor potencia económica de todos los tiempos… sino de todo el mundo, busque y encontrará innumerables artículos y análisis desde Europa hasta África y desde Canadá hasta Argentina. La crisis energética es global y si bien los motivos de cada país y región varían, algunos aplican para todos, lo que sin duda nos incluye.
No pretendo dar recetas para el ahorro de energía en Cuba, pues las formulas están en carteles, las redes sociales, en canales de televisión internacionales, nacionales y locales, en transmisiones de radio y toda suerte de medio de comunicación que circule sean analógicos o digitales.
Cuando NO asumimos la responsabilidad que a cada uno nos toca en el ahorro de corriente, como comúnmente decimos, no estamos castigando a nadie más que a nosotros mismos, y lo que es peor, a nuestros hijos y nietos, quienes heredarán un mundo mucho más oscuro, porque no solo se trata de hoy y de Cuba sino de todo el mundo, y de que se ahorre dependerá el futuro.