Santiago de Cuba,

Sé la mujer de tu vida

11 April 2022 Escrito por  Indira Ferrer Alonso

Enamórate de ti y tómate el tiempo que necesites para re-conocerte y aquilatar tus fortalezas, incluso aquellas que otros no ven, o las que han señalado como debilidades. Mírate. Asume tus defectos sin autocomplacencia y mucho menos con el conformismo hermano de la mediocridad.

Aprende a aceptar las críticas que te impulsan y a distinguir las que por malsanas deben servir como peldaño para que puedas ascender.

Vuelve a ti una y otra vez: dos, diez, mil… no importa cuánto te pienses, cuánto te estudies, cuántos temores encuentres soslayando tus anhelos; lo que realmente importa es que al final de ese viaje, sepas lo mucho que vales y recuerdes siempre que las decisiones sobre ti las tomas tú y que los límites los llevas contigo; por tanto, puedes vencerlos.

No es “poesía”, sino alerta imprescindible para despojar la conciencia de paradigmas sociales sexistas y discriminatorios, que solo sirven para mutilar la voluntad de las mujeres y el poder que les corresponde sobre su vida.

La realización personal es un derecho, cuya concreción depende del trasfondo cultural que nos hace diversas; por tanto cada una “escoge” la manera en que es feliz, en que logra desplegar y hacer coincidir capacidades, habilidades y anhelos.

Sin embargo, la plenitud suele venir por el cause de lo profesional, más que de lo doméstico. Incluso en siglos pasados -cuando el matrimonio y la maternidad eran el tope de la realización femenina- hubo disidentes que enfrentaron consecuencias de todo tipo porque delinearon los contornos de su felicidad más allá del estrecho molde del canon establecido.

Ni siquiera eran conscientes de cuán innovadora es esa “terquedad” de ser sí misma; de tomar el poder sobre su cuerpo y sus relaciones sociales; y dirigir el rumbo de su vida… Esa “terquedad” que hoy se debate con la etiqueta de “empoderamiento”.

Está claro que no se trata de ocupar cargos en una empresa u organización; tampoco de ser dueña de algún bien material valioso; ni siquiera se refiere a emprendedoras de negocios privados; aunque todas estas condiciones pueden darse en mujeres empoderadas. Si eres consciente de ti, sin los sesgos del machismo postrando tu autovaloración, adquirirás la certeza de que tienes mucho que aportar a tu familia, a tu comunidad, a tu trabajo y a la sociedad. Eso, además, hará que centres todo esfuerzo en avanzar y evites compararte con otras.

Una mujer empoderada se enfoca en promover espacios para la equidad; intenta crear una sociedad más justa para el resto de la mujeres, en la que su género no sea una barrera para el ejercicio real de sus derechos (los mismos derechos que tienen los hombres) y por eso, debe desmontar conceptos, prejuicios y costumbres con los que creció.

Cuando llegas a comprender tu valía y te reconoces como dueña de tu vida, estableces relaciones de igualdad con los hombres y te alejas de quienes conciben el amor como un acuerdo de sometimiento y subordinación en el que, por tu sexo, quedarás siempre debajo.

Cuando una mujer se ama y se respeta, suele distinguirse por la capacidad de transgredir el rol tradicionalmente aceptado para las de su género; aprecia la crítica como herramienta de crecimiento continuo y sabe que equivocarse es parte del proceso de ser ella misma; como lo es, también, volver a empezar.

Las cubanas hemos crecido en una sociedad en la que, a pesar de haberse producido cambios considerables en el acceso de las mujeres a la educación, la salud, el empleo y otros servicios fundamentales; persisten patrones machistas que funcionan como criterio para juzgar lo que es bien visto y lo que no, cuando se trata de ser mujer.

Romper con esas pautas a veces requiere años; pero una acaba aprendiendo que el respeto comienza en nosotras mismas. Entonces, el amor propio se convierte en una actitud para la vida.

Muchos especialistas describen a las mujeres empoderadas como personas con gran empatía, capacidad de comunicación, que buscan impulsar a otras para que también asuman el poder sobre sí mismas.

Una mujer empoderada ya no se siente víctima, y por eso enfrenta con más fuerza las expresiones de misoginia y de machismo; así como todas las formas de discriminación.

Hacerte cargo de tus decisiones, de tus actos, de tus proyectos e incluso de tus fracasos, es un proceso largo en el que requieres apoyo de otras mujeres y de hombres sensibilizados con la necesidad de crear un futuro igualitario para todos los géneros.

Ámate, respétate, cuídate y atrévete. Sé la mujer de tu vida.

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