Solo una llamada telefónica bastó para coordinar una entrevista que me concedió gustosa en el armonioso ambiente de su hogar, con el traguito del café mañanero y por supuesto, con la amabilidad que la caracteriza. Más que un trabajo fue una conversación entre amigas, entre colegas de la comunicación.

Fueron casi tres décadas de labor y de estas unos 20 años dedicados a la División Territorial de Etecsa en Santiago de Cuba, donde estuvo hasta hace apenas unos días. Con emociones encontradas sus compañeros le dedicaron un sentido homenaje de despedida, a quien no solo fue una colega sino también parte de un colectivo al que ella misma cataloga como una gran familia.

“La vida así lo quiso, nunca estuvo en mis planes jubilarme a mi edad, pero ya me he ido acostumbrando a la idea y tendré más tiempo para cuidar mi salud, disfrutar a mi familia y por supuesto retirada no estoy; mis compañeros saben que pueden contar conmigo para lo que sea.

“Trabajar no era una obligación, sino una necesidad, un placer, no había nada más agradable para mí que llegar, ver y saludar a mis compañeros, servir y ayudar en lo que fuera necesario, soy de las que están en las buenas y en las malas; y me demostraron que me quieren tanto como yo a ellos”, afirmó.

Fue una mañana muy bonita; lo cierto es que durante todo el diálogo destacó su alegría por la vida, en el ámbito personal como profesional, por tantos momentos que ha tenido el honor de disfrutar, de representar a sus compañeros en diferentes escenarios, haciendo lo que le gusta, trabajar, superarse, socializar, hacer amigos.

Martín Garcés inició su vida laboral en el Comité Municipal del Partido como oficinista, en la Comisión de Apelaciones y Reclamaciones; fue la Secretaria General del Comité de Base de la UJC; seleccionada como trabajadora ejemplar, miembro del PCC desde el año 1995, siendo doble militante hasta el 2002.

Fue promovida a cuadro profesional de la UJC en el Distrito 26 de Julio, siendo instructora por espacio de tres años; luego trabajó en la sede del Partido provincial, como secretaria ejecutiva del miembro del buró provincial que atendía la Esfera Político -Ideológica; y luego jefa de archivo, correspondencia y secreto estatal.

“En Etecsa inicié como técnica de seguridad, protección física y secreto estatal y a este centro le debo los mejores años de mi vida, pues allí hice realidad mis aspiraciones de superación y de estudiar Derecho, y conocí además a mi actual esposo”, afirma.

Al hablar de esta etapa las emociones asoman a flor de piel, pues como ella misma dice, tuvo la posibilidad de poner en práctica todos sus conocimientos, la disciplina y los valores que le inculcó el Partido, pero en ETECSA logró cumplir muchos de sus sueños.

“Ingresé a la Universidad de Oriente para cursar estudios superiores a distancia y me gradué de Licenciatura en Derecho, resultando ser la alumna más integral de la Facultad y con Título de Oro. Me demostré que cuando se quiere se puede, pues muchas personas me decían que por mi enfermedad no debía someterme a tanto estrés, pero me lo propuse y lo logré, y vivo eternamente orgullosa”, expresó.

En su trayectoria laboral destacó, además, como especialista B en Gestión de los Recursos Humanos para la actividad de capacitación; cuadro profesional de la CTC y luego especialista en Control Interno y Prevención, labor que desempeñó hasta el momento de su jubilación.

“Tuve además la oportunidad de representar a los trabajadores en el Comité Provincial de la CTC, y en el Comité Nacional del Sindicato de las Comunicaciones, la Informática y la Electrónica, donde estuve hasta hace un año; participé en la Primera Conferencia Nacional de las Comunicaciones y en el XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba”, afirmó

Durante la entrevista recordó su participación en el Comité Municipal del Partido, y el alto honor de representar al sector de las comunicaciones en la Asamblea Provincial del Poder Popular, y cuando la escogieron para participar en la pasantía Internacional que convoca la CTC nacional en saludo al Primero de Mayo, permitiéndole asistir al Encuentro Latinoamericano de Trabajadores celebrado en el Palacio de las Convenciones.

Yaquelín sin duda, tiene una trayectoria laboral admirable pero sobre todas las cosas es un ser humano que destaca por sus valores de solidaridad, honestidad, una mujer enérgica que no se amilana ante las dificultades.

“Con inmenso orgullo puedo decir que el colectivo de ETECSA es una gran familia, y ellos me han demostrado que la solidaridad humana es la gran medicina; a su lado aprendí el verdadero valor de la amistad y el compañerismo, nunca han dudado cuando ha sido necesario una donación de sangre o cualquier tipo de ayuda, y eso lo he vivido en persona”; dijo con gran emoción.

Una mujer dedicada al trabajo y a su familia, que distingue por la organización y las tareas hogareñas; quien disfruta del barrio y de sus vecinos; y de todas las actividades y tareas en las que puede colaborar.

Yaquelín tenía apenas cuatro años de edad cuando aprendió a leer y a escribir en una escuelita paga (como se les decía entonces) a la que asistía por su insistencia de estudiar; tanto así que aún recuerda con mucho cariño a Victoria, su maestra de esa etapa.

Rememora el día de la graduación de preescolar, cuando por sus dotes le dieron a leer un comunicado a nombre de todos sus compañeros, documento que de tanto repasarlo aprendió de memoria y pudo 'recitar' en un teatro delante de todos los padres, maestros y alumnos.

Sobre este momento habla con gran alegría, pues según comenta fue una actividad muy bonita, sobre todo porque desde ese instante comenzaron a llamarla la 'leguleya' de la familia y los presentes auguraron que sería una gran abogada.

Fue una mañana de emociones y aprendizaje, pues sin lugar a dudas es una maestra de entusiasmo y perseverancia, a quien la vida le ha proporcionado alegrías y también tristezas, pero Yaquelín es una guerrera, de esas que lo da todo, de las que se empeña en sumar colores a sus días grises; porque sencillamente todo depende de la forma en la que asumamos cada amanecer y ella le pone rosas y melodías a cada instante de su ardua pero hermosa existencia.