Cuando apareció en el escenario de la Plaza de Marte todo el mundo, como movido por un resorte, aplaude y saluda. Debe ser emocionante lo que estuvo sintiendo el maestro Wilfredo “Pachi” Naranjo Verdecia.

Él y su renovada orquesta Original de Manzanillo están celebrando 60 años de duro bregar por escenarios de Cuba y el extranjero. Aun estar curtido en esos andares, parece conmovido el profe Pachi.

El grupo y su maestro al frente vinieron a Santiago de Cuba como invitados especiales del Festival Jazz Plaza y por demás, para clausurar el festejo en la Plaza de Marte.

Wilfredo “Pachi” Naranjo Verdecia confía plenamente en el cambio generacional que ha operado en la Original de Manzanillo

Como todo buen músico, Pachi es sensible. Si no, imposible ser buen músico. Y se emocionó y se puso la mano en el pecho, en el lado del corazón para que los santiagueros sepan que él también los quiere a ellos.

Hace 60 años que la Supercharanga de Cuba, la Original de Manzanillo, pasea por el archipiélago y fuera de este también, un modo muy oriental, muy manzanillero de hacer el son y la música cubana en general.

E igualmente, en ese tiempo; en los períodos muy buenos o regulares del grupo, este ha contado con el respaldo del público santiaguero que es igual a decir: tienes garantizada la popularidad.

En ocasiones, la Original llegó a estar más tiempo en Santiago que en Manzanillo. De aquella época viene tanta afinidad entre ese colectivo y su director y el pueblo de esta provincia.

En conversación con Pachi, este recuerda cómo “la Original defiende el entorno nuestro que es caribeño; tenemos por el sur la cumbia, de Colombia; por el este tenemos el merengue dominicano; ´Pillín´ es un merengue hecho por cubanos; tenemos por Puerto Rico, la plena y la bomba… todo esto muy pegado a nuestra parte oriental. Te caes de Oriente y vas a dar a las playas de Colombia, donde está el vallenato. En Guamá había un grupo de vallenato, entonces no se sabe si el vallenato lo llevó alguien hacia allá o si vino de allá para acá. Eso está por ver; algún historiador… yo no soy ni musicólogo ni historiador de la música. Lo que llevo 60 años de experiencia, escuchando el vallenato de Colombia, escuchando a Chepín Chovén, escuchando la orquesta de Osmundo Calzado, la orquesta de Música Moderna de Oriente…

Inclusive una vez Osmundo tenía problemas en la vista; tenía que llevar un programa de dos números al concurso Adolfo Guzmán, nosotros ese año no íbamos, y le quisieron mandar un arreglista de La Habana para hacer los arreglos de los dos números: uno para competencia y otro de Angelito Bonne, el hijo de Enrique, que iba a hacer un solo de saxofón. Y le dijeron que le iban a mandar un arreglista de La Habana y él dijo que no; que su orquesta quien único podía tocarla se llamaba Pachi Naranjo y estaba en Manzanillo. Un gran honor para mí. Osmundo Calzado siempre fue un referente; una de esas personas que tú escuchándolo te sirve de escuela.

“Para mí Santiago siempre ha sido muy caribeño; muy sonero. Vale también el jazz, aunque hay ciudades, los músicos, que son más jazzistas. Tenemos muy buenos músicos aquí; tenemos muy buenos jazzistas cubanos, que es lo importante. Porque yo creo que el jazz cubano no existe; como no existe el rock cubano…

En 1964, me dijo Rafael Lay Apesteguí, director de la orquesta Aragón, sí hay música cubana que es la genérica: el cha cha cha, el mambo, el danzón, el son, la guaracha; y hay música hecha por cubanos que no es música cubana. El jazz es de Estados Unidos, y la cumbia es de Colombia, y la bomba y la plena son de Puerto Rico, y el merengue es dominicano. Aquí en la parte oriental gustan mucho esos ritmos. Pero no es música cubana, genéricamente, es de otros países. Sin embargo, la música cubana es como una esponja: absorbe todo lo que le den, y lo hace bien.

La orquesta Original de Manzanillo goza de muy buena salud

Es muy importante decir que el músico cubano tiene un concepto de la música integral. Por eso tenemos tan buenos jazzistas aquí que pueden en cualquier parte del mundo, sentarse a tocar cualquier instrumento.

“Yo estoy de acuerdo con que el son sea declarado patrimonio; el son es nuestra forma de ser; es nuestro verdadero ritmo; el son es algo que nos pertenece y no compartimos. Porque el bolero pudimos compartirlo porque verdaderamente en México hay muy buenos compositores de boleros por ejemplo, Roberto Cantoral, Armando Manzanero. Pero ¿el son? El son es nuestro; no hay quien nos lo quite. Le pusieron salsa por allá por Estados Unidos para darle un nombre comercial a todos los ritmos cubanos; para no decir ´esto es de Cuba´. El son es nuestro; hay que declararlo patrimonio inmaterial de la humanidad no solo patrimonio nuestro. Bueno ¿y cómo llega su orquesta a los 60 años?

“Llega con muy buena salud; renovada, generacionalmente. Jóvenes… son muy buenos músicos, con muchos deseos de hacer, como siempre hemos hecho”.

Y la mejor demostración fue el sábado, en Santa Úrsula, y ayer domingo, en la Plaza de Marte. Empatía total entre músicos y público. Por lo tanto, con el mismo orgullo cual manzanilleros, los santiagueros afirmamos que sentimos como propia a la Original de Manzanillo.