A diferencia de las plantaciones del sector especializado, que demandan aviones y el uso de maquinaria a gran escala para la siembra, la fertilización y la cosecha, se trata de una modalidad que se basa en el laboreo manual o mediante la tracción animal, y que utiliza muchos menos insumos.

Ortelio Rodríguez Perugorría, subdelegado del sector en la provincia, explicó que la Empresa Agroindustrial de Granos de Los Palacios prevé para la actual campaña unas 5 600 hectáreas. Sin embargo, las cooperativas y los productores independientes sembrarán más.

«Esto es como tener otra empresa de granos», advirtió.

De ahí que la dirección de la Agricultura en el territorio se plantee una mayor atención a estas formas productivas, lo que incluiría, entre otras acciones, la capacitación y el uso de variedades de semillas que se adapten a las condiciones de los suelos.

«De la manera que trabajan, en condiciones rústicas, se obtiene un volumen nada despreciable de arroz; pero, con la ayuda de la ciencia y la técnica, podemos garantizar mejores rendimientos», dijo Rodríguez Perugorría.

Afirmó que es preciso apelar a todo el cúmulo de investigaciones realizadas durante años por las instituciones científicas, con resultados comprobados, y ponerlas en manos de los productores.

La Empresa Agroindustrial de Granos, por ejemplo, tiene la variedad Inca-lp7, que es resistente a las altas concentraciones de sal, y que debiera sembrarse en áreas cercanas a la costa, como la zona de La Coloma, donde hoy se emplean otras variedades que no poseen esta condición.

Señaló, además, que las cooperativas y productores independientes tienen potencialidades para sembrar anualmente entre 6 000 y 10 000 hectáreas de arroz, repartidas en pequeñas parcelas a lo largo del territorio pinareño.