Con unidades empresariales de base en las ciudades de Santiago de Cuba, Manzanillo y Nuevitas, Astor sobrecumplió su plan de producción y ventas, enfrentando –como todas las empresas del país– las limitaciones con el financiamiento, el combustible y los materiales.

Sin embargo, su gestión empresarial está signada por el fortalecimiento de los vínculos con la Universidad de Oriente y los avances en la informatización de los procesos, lo que alivia un tanto la disminución de la fuerza de trabajo, las fisuras en la captación de personal joven, el aseguramiento de medios y materiales y el cum-plimiento del plan de exportación de servicios.

Con el objetivo de sumar jóvenes al equipo de trabajo, suscribieron «un acuerdo con la Academia Naval para capacitar a ingenieros mecánicos en las especificidades de la construcción naval, y se ha implementado una estrategia para incorporar estudiantes de preuniversitarios a la carrera de ingeniería naval, sin necesidad de hacer pruebas de ingreso o pasar el servicio social», detalló Idelfonso Hernández Salomón, director de Capital Humano, tras reconocer que no tienen graduados en esa especialidad.

Astilleros del Oriente ha hecho expeditas sus «relaciones con escuelas técnicas, para que los estudiantes hagan prácticas y luego sean asignados a la empresa; la falta de obreros calificados, como soldadores y montadores, es una preocupación y buscamos soluciones para cubrir estos puestos clave», afirmó el directivo.

Con más de 35 años en la construcción, montaje y reparación de buques y otros tipos de embarcaciones, y un prestigio ganado tanto en la Mayor de las Antillas como en la región del Caribe, Astor continúa navegando por la ruta de la eficiencia, a pesar de las tempestades que azotan a la economía que ha estado bloqueada durante más tiempo, en la historia de la humanidad.