Después de que los expedicionarios del yate Granma desembarcaran en la costa sur oriental, el 2 de diciembre de 1956 y deambularan por un terreno casi desconocido rumbo a la serranía, el grupo con Fidel Castro al frente, fue sorprendido por una emboscada del ejército de Fulgencio Batista en la zona de Alegría de Pío, el 5 de diciembre.

La trampa causó numerosas bajas entre los expedicionarios, la dispersión de estos, y la histórica arenga del luego Comandante del Ejército Rebelde, Juan Almeida Bosque: “¡Aquí no se rinde nadie, co…”.

En los días posteriores, otros de aquellos revolucionarios fueron capturados y vilmente asesinados; pero varios de los sobrevivientes de las jornadas fatídicas mantuvieron el rumbo hacia las montañas de la Sierra Maestra, en pequeños grupos y por diferentes sitios, ayudados por los campesinos y una red de apoyo que previamente había organizado Celia Sánchez Manduley.

Es así que se produce el encuentro de los hermanos Castro Ruz en la zona de Cinco Palmas, el 18 de diciembre de 1956. Entre los dos grupos sumaban una docena de hombres y unas pocas armas, y no obstante en diálogo histórico, el jefe del movimiento aseguró: “… ahora sí ganamos la guerra”.

Sesenta y siete años más tarde, en una comunidad santiaguera de nombre relacionado con la efeméride: el centro urbano Sierra Maestra, los vecinos de las cinco torres habitacionales de la Avenida Victoriano Garzón y del entorno, se reunieron frente al edificio “Cinco Palmas” para celebrar el aniversario de aquel encuentro histórico.

José Guerra y un equipo de realización, todos vecinos de la comunidad, organizaron el acto que comenzó con un coro hablado, a cargo de alumnos de la cercana Ciudad Escolar 26 de Julio, antiguo Cuartel Moncada. Los pioneritos narraron los acontecimientos de Alegría de Pío y del encuentro de Fidel y Raúl, en una actuación muy aplaudida, por el fervor patriótico que los pequeños escolares le “inyectaron” a la representación.

Carlos Mateo Arce, secretario del núcleo del Partido en la zona; Alaín Gómez Brossard, presidente del Consejo Popular 30 de Noviembre; Vivian Tablada Medina, delegada de la Circunscripción 160; René Fuentes Panucia, coordinador de la Zona 474 de los Comités de Defensa de la Revolución; el Dr. Jesús Rivero, presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) en el área, y otros dirigentes comunales presidieron la celebración por la fecha.

Actividad comunitaria al fin, el segmento artístico corrió a cargo de los propios vecinos: Omara Frómeta, del edificio El Jigüe, declamó el poema Rapsodia a Fidel, escrito por el Che a Fidel, a la salida del yate Granma de México; la pionerita Samanta Asli Gutiérrez y la estudiante de Medicina, Lilian Rodríguez Hechavarría cantaron respectivamente, “Cuba, qué linda es Cuba” y “Su nombre es pueblo”, y Tomás Salazar y la declamadora Migdalia, ambos integrante del Club Martiano, recitaron la poesía de Nicolás Guillén “Che, Comandante amigo” y “Nuestra historia, fuerza para resistir, crear y vencer”, dedicada a la memoria del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque.

Fueron homenajeados por sus desempeños en la lucha clandestina y en el Ejército Rebelde, los vecinos René Fuentes Panucia y Santiago Batista, de la ACRC.

El joven del edificio Cinco Palmas, Cristian Barrero Hernández, ganador de la medalla de oro en la Olimpíada Internacional de Biología (para Centroamérica y el Caribe) “y su abuela Olga, por el desvelo y empeño en su crianza y guía por el camino correcto”, fueron reconocidos en el acto.

La significación histórica del encuentro de Fidel y Raúl hace 67 años en las estribaciones de la Sierra Maestra, y la confianza hoy en el pueblo y juventud revolucionarios para fortalecer la construcción socialista en Cuba, a pesar de las dificultades y el bloqueo norteamericano, fueron aspectos sobresalientes en las palabras del Dr. Jesús Rivero, al hacer las conclusiones de la celebración por la efemérides de Cinco Palmas, que precisamente se conmemora este 18 de diciembre.