Según informan autoridades de Operaciones y Socorro/ Seguridad Acuática en la provincia de Santiago de Cuba en julio ocurrieron varios incidentes que si bien muchos fueron resueltos por la acción de los Salvavidas, otros no tuvieron la misma suerte.
Aris Arias Batalla responsable de estas operaciones dijo que “lamentamos la pérdida de vidas humanas, principalmente en edades de niños y adolescentes; estos accidentes (ahogamientos por sumersión) han sido por falta de percepción de riesgos, descuidos y negligencias de familiares y acompañantes. La mayor incidencia de los fallecidos ha sucedido en localidades rurales, específicamente en pozas o zonas aledañas a sus viviendas o comunidades.
“Desde nuestro puesto hacemos un llamado a las familias a cuidar estos grupos vulnerables. Podemos divertirnos, disfrutar y bañarnos, pero con seguridad, precaución, en la confianza está el peligro, la vida no tiene precio y se puede perder en segundos”, especificó Arias Batalla.
Estas zonas, donde han ocurrido los decesos, no están certificadas como áreas de baño ni hay personal salvavidas, por lo que solo dependen de la responsabilidad de los bañistas.
Para este verano en cada territorio entidades de Salud Pública de conjunto con los gobiernos locales certificaron aquellos sitios que constituían áreas de baños públicos, las que sí cuentan con este personal.
Como responsable provincial de Operaciones y Socorro/ Seguridad Acuática Aris señaló con preocupación que no se les hace el debido caso a los Salvavidas.
“Estos hombres velan por la vida de cientos de personas, en la mayoría de las veces ni cuentan con todos los recursos, y a pesar de sus charlas, advertencias y llamados de atención, los bañistas no respetan sus indicaciones y prohibiciones", comentó.
“En los recorridos realizados a playas, piscinas y ríos hemos observado muchas indisciplinas e irresponsabilidades, los vacacionistas se ponen a conversar, tomar alcohol, jugar y divertirse y los niños solos en la arena, orilla e incluso en el agua. Tras esos descuidos en segundos, vienen los accidentes, ahogamientos y hechos fatales.
“Los adolescentes y jóvenes también son para vigilar. En ocasiones se alejan de la orilla en cámaras de camiones usadas como balsas, algunos sin saber nadar, y es ahí donde viene el peligro, o se ponen a “jugar de mano” a veces hasta tomados, y también constituye un riesgo” puntualizó.
Inició agosto, aumenta la afluencia de público a los balnearios y con este nuestra alerta a aumentar también la percepción del riesgo; que esos momentos de diversión y gozo no se conviertan en lamento y desgracia porque en un descuido se puede perder la vida de los seres queridos.
