Hoy el Día Internacional de los Trabajadores ratifica en cada municipio la fiesta del proletariado y de todo el pueblo como aquel de 1959 cuando los cubanos tuvieron motivos más que suficientes para celebrar. Entre estos, la llegada al poder de Fidel y los barbudos que avizoraban el bienestar y la prosperidad para todos luego de padecer la tiranía de Fulgencio Batista que asesinó a miles de sus mejores hijos, sobre todo, jóvenes en la plenitud de sus vidas.
Se multiplica nuestro Primero de Mayo, y en cada rincón de la provincia está latente el espíritu de alegría, de compromiso, de fervor revolucionaria que ronda en torno a tan especial fecha
La austeridad de la celebración, teniendo en cuenta la situación económica que vive el país, no resta lucimiento y masividad a la ocasión.
Con apego a la convocatoria, a cada acto, a cada concentración, a cada desfile, como a la patria, los santiagueros le pondrán manos y corazón.
A poco menos de tres meses de la conmemoración de los 70 años del asalto al Cuartel Moncada, que protagonizaron Fidel Castro y jóvenes revolucionarios el 26 de julio de 1953, la gloriosa efemérides será un acicate para la presencia masiva de los trabajadores y sus familiares.
La convocatoria de hoy convierte la fecha en demostración de voluntad para enfrentar los actuales desafíos y salir victoriosos de ellos.
Notable simbolismo tiene el encabezamiento de esas columnas humanas con el Sindicato de la Educación y las Ciencias como expresión de futuro y el cierre con el de Civiles de la Defensa, detrás del cual se sumará un bloque de campesinos como jinetes.