Santiago de Cuba,

Maylín y su mentalidad de éxito

03 December 2023 Escrito por 

Maylín del Toro Carvajal (63 kg) disfruta el Judo y todo lo acontece alrededor de ese deporte que la atrapó casi por casualidad, a base de ippones. Al parecer, la niña que entrenaba en “el Maceo, bajo lluvia, sol y sereno” no ha cambiado mucho, mantiene la misma filosofía de trabajo y por eso, los frutos llegan. Ocho preseas fue su balance de 2023, la última gira invernal le acreditó un bronce, nada menos que en el Grand Slam de París y plata en el de TelAviv, certámenes de respeto en el circuito.

Luego celebró el oro en los abiertos panamericanos de Medellín, Varadero y Santo Domingo.

“Mi objetivo era acumular puntos en el ranking olímpico porque en el Judo se debe competir durante todo el año para clasificar. No pensamos en el cuál sería la medalla, sino en disfrutar la competencia, nuestro entrenador nos da la confianza, combate por combate.

“Lo único lamentable es no haber podido convertirme en campeona centroamericana, lo he sido dos veces por equipo, pero no he tenido la dicha a nivel individual. Eso quedó atrás, en San Salvador, ahora tengo que seguir buscando resultados y la clasificación olímpica”, dice sobre el enfrentamiento con la mexicana Prisca Awiti, que la dejó en plata.

“Tuve el apoyo de mis padres, mi colectivo médico y mi psicólogo.

Cada vez que tengo una mala competencia o sé que pude haber ganado, hay personas que me impulsan y lo agradezco. “No puedes decaerte por una derrota ¿Lo hiciste mal ahora? levántate, mañana tienes que hacerlo mejor. Esa es mi mentalidad, las cosas pasan por una razón, no me tocó ser campeona en San Salvador, pero sí ser doble campeona en juegos panamericanos”, comenta, muy satisfecha con su actuación en Santiago 2023.

Indudablemente, la joya de la temporada estaba en tierras chilenas, Maylín ansiaba retener la corona y la escuadra antillana, pretendía sobre cumplir los pronósticos. “Íbamos a entrenar con bocinas, música, todo el mundo decía: llegaron las cubanas. Éramos solo cuatro judocas en la rama femenina y Brasil con tanta gente en el tatami, pero nos mantuvimos positivas.

“Queríamos quedar bien con nosotras mismas y así fue. La competencia por equipo era mucho más, porque Brasil nos había ganado tres veces consecutivas y se trataba del primer evento mixto en panamericanos, había que hacer historia.

Imagina la alegría, no se esperaban seis medallas de oro del Judo cubano”. Llegaron como anillo al dedo y pronto comenzaron las mejores jornadas para el país. “Nos dimos ánimo, se trata de Cuba, no del Judo, el Balonmano o el Baloncesto…

Es Cuba y muchos compañeros de otras disciplinas fueron a apoyarnos, nosotros también a ellos, por eso me encantan esos eventos”, recuerda.

Con los años, la santiaguera aprendió a lidiar con presión de estas lides, Toronto 2015 fue una prueba en ese sentido, después del bronce en su primera participación solo se ha superado.

Hoy asume los retos más relajada, aunque la responsabilidad aumenta, naturalmente. “Sacrifico muchas cosas, solo puedo ver a mi familia en diciembre, por la cantidad de competencias.

Cuando me levanto pienso en que tengo que entrenar; están mis padres, mis compañeras, niñas que vienen atrás y tengo que darles mi mejor imagen. “Antes de nosotras hubo tremendo elenco: Driulis González, Amarilis Savón… nos pusieron la parada altísima, a lo mejor no llegamos a ese nivel, porque todo ha cambiado, pero sí nos esforzamos y queremos que las más jóvenes se den cuenta de que es posible, si uno se lo propone.

Referencias en el camino…

“Idalys Ortiz me acogió desde los diecisiete años, cuando empecé a viajar con el equipo nacional, es la que más resultados tiene y se mantiene humilde, nos guiamos por ella. Gracias a Dios formé parte del equipo de Ronaldo Veitía, en mi etapa juvenil y cumplí un sueño. Aprendí de su disciplina, era muy correcto, con él había que ser así, en todos los sentidos.

“También pude compartir entrenamiento con Yarisleidy Lupetey, Yalennis Castillo, Yanet Bermoy, las miraba y decía: tengo que llegar allí. Me gusta ayudar porque conmigo lo hicieron; al final, uno se lleva resultados y medallas, pero también la amistad y los aplausos de las personas”, dice absolutamente convencida. Los XIX Juegos Panamericanos cerraron un gran ciclo para Maylín del Toro y su éxito siempre se disfruta en el Reparto Sorribes, la judoca tiene muy presente el cariño que ha recibido de su gente y de todo el pueblo santiaguero.

El descanso fue breve, pues debía participar en el Grand Slam de Tokio este fin de semana, para luego emprender la próxima gira de invernal. Su mira está en París 2024, asegurar el pasaje es la primera meta en ese camino.

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Irma Rivera Sánchez

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