La afirmación descansa en el calor humano… en la empatía entre los congratulados y el público que asistió al recinto teatral de la calle Santo Tomás, frente al histórico parque La Placita.

Lo antepuesto es consustancial al hecho, de que sin los nombres de estas dos personalidades es imposible escribir la historia reciente de la danza folclórica en esta urbe que la Unesco declaró en 2021 Ciudad Creativa en la Música.

Idalberto, de raíces musicales como heredero del trovador Pepe Bandera, “anunció” desde niño que sería grande en los trajines de bailar al compás de los tambores, con sus primeras incursiones en el barrio natal en Trocha, Meca del mundialmente conocido Carnaval Santiaguero.

Y como “la danza es un regalo para el mundo y tiene el poder de cambiar vidas”, el muchacho se esforzó siempre –y aún lo hace- por llegar y mantenerse en la cima de la espectacularidad, como bailarín, coreógrafo, director, profesor…

Es finalidad de estos maestros, trasmitir habilidades y conocimientos a las actuales generaciones de bailarines, “para que estas sigan su ejemplo y nunca dejen de bailar y de crear… danzas”, algo que a lo largo de sus vidas, Idalberto y Tony han logrado, además de hacer vibrar con su arte, los corazones de los públicos en Cuba y en otras latitudes.

La gala en el “Martí” la dirigió Reynaldo López, entrañable amigo de ambos y alguien que ha estado bien cerca de los dos creadores, en el universo santiaguero de las artes escénicas. Él dijo:    

“Recuerdo cómo recién graduado de la Escuela Nacional de Arte, comencé a trabajar en el entonces Conjunto Folclórico de Oriente (CFO)  junto a Tony Pérez, ´para soñar y hacer proyectos increíbles como fue organizar el Taller Cinco que dio lugar, más tarde, al Grupo Juvenil Experimental de Teatro”.

El público siguió con atención, las palabras de López, y también las de Yalina Cardero, la conductora; aplaudió cuando Reynaldo señaló “Nunca vi bailar ´tan fuerte´ a una pareja en Santiago de Cuba como lo hicieron Idalberto y La Mora. Tenían una fuerza en escena, telúrica”. Yalina agregó: “Son dos hombres, que con su arte nos han transportado a lugares mágicos. Por eso les expresamos nuestro profundo agradecimiento por su talento y dedicación”.  

Para este encuentro en el “Martí” se requería un espectáculo pletórico de danza y ritmo supremo;  que estuviera a la altura de dos figuras tan valiosas para la cultura, como son Bandera y Tony. El primero, capaz de una coreografía como Saga Loas, Primer Premio Villanueva de la crítica en 2014 y de coreografía de la Uneac; el segundo, con obras como Yoruba soy, Tierra, La piedra de Ochún, Oda antillana… por solo poner algunos ejemplos; ambos, con una trayectoria envidiable.  

Entonces, nada más acertado que este elenco para felicitarlos: Ballet Folclórico Cutumba, Ballet Folclórico de Oriente, Ballet Folclórico Kokoyé, Grupo Aché Dance, de la Casa de Cultura José Manuel Poveda, del reparto Nuevo Vista Alegre, con una pieza danzaría de la maestra Semanat. Y un detalle sobresaliente: todas las coreografías utilizadas en la velada, son de los homenajeados.

Para un momento tan especial se requería, entonces, un grupo musical especial y ese lo formaron percusionistas y vocalistas de las tres agrupaciones, que “sonaron” genialmente.

Rafael Cisneros, “Manolo”, discípulo de los dos maestros y  cultor de la canción folclórica,  les regaló a los homenajeados un tema de su autoría, vocalizado por él mismo.

Ante los presentes, y entre una y otra presentación artística, los congratulados fueron develando con sus palabras “en vivo” y apoyados por audiovisuales, cómo llegaron hasta aquí.

Idalberto, bautizado como “El huracán de la danza folclórica”, escaló la cima del esplendor, primero como bailarín, luego como coreógrafo, y más tarde al frente de “Cutumba”.

El 26 de noviembre de 1953 nació Bandera en el entorno de Trocha y “desde pequeño tuve inclinación por el arte. Mi padre en las reuniones de amigos, me incitaba a bailar, a hacer demostraciones de la rumba. Así crecí y me fui a estudiar a Occidente”.

Entre La Habana y Matanzas, Idalberto estuvo en varios centros educativos, siempre becado, y aunque esas escuelas nada tenían que ver con el arte, en ellas él no perdió oportunidad de ser protagonista con la rumba o en el baile en general. Luego fue enviado a Camagüey, a la termoeléctrica 10 de Octubre, en Nuevitas.

“Me pasé casi toda mi infancia y parte de mi juventud en esas escuelas y en la termoeléctrica. Y decidí regresar a Santiago de Cuba. Aquí, pasé a laborar en la entidad de la harina y en eso estaba cuando Bocú Eyé, un personaje típico de la ciudad que sabía de mis pasos en la danza, me sugirió que me presentara al Conjunto Folclórico de Oriente, y así lo hice”.

Señaló que lo probaron, lo aprobaron, y lo insertaron en el grupo, ocasión en que Idalberto “educa” sus aptitudes artísticas con personalidades de la talla de Milián Galí, Celeste Garbey, Roberto David Linares, Juan Bautista Castillo… que forjaron su talento y lo convirtieron en uno de los más excepcionales bailarines folclóricos de todos los tiempos.   

El primer grupo folclórico profesional del país fue el CFO, fundado en 1959 y devenido Ballet Folclórico de Oriente y Ballet Folclórico Cutumba en 1976, y cuando esto ocurre, Idalberto forma parte del “Cutumba” hasta hoy, hace casi medio siglo.       

Tony, habanero, vio un día en la Capital al CFO y casi enseguida vino a Santiago de Cuba como asesor por tres meses “y me quedé hasta ahora, hasta que se cumplan los tres meses”, una espera  de más de cuatro décadas.

En el currículo de Antonio, quien fuera director general y artístico por varios años del CFO, aparece detallada su excelente preparación, larga trayectoria y experiencia, y que es cultor de lo más moderno en la danza folclórica.

Pérez Martínez reconoce públicamente, que le satisface “haber contribuido a la consolidación y  enriquecimiento de la línea estética de la compañía, a partir de la estilización del tradicionalismo y el sentido de monumentalismo escénico”.

Se reafirma así lo que Reynaldo López dijo: “Tony llegó aquí y revolucionó la danza; hay un antes y un después de Tony en la danza folclórica santiaguera”.

Como homenaje al fin, la gala tuvo sus momentos de entrega de reconocimientos precedidos todos por palabras de elogio para Idalberto y Antonio. Así subieron al escenario a felicitarlos, Raulicer García Hierrezuelo, director provincial de Cultura; Suitberto Frutos, director del Centro Provincial de Patrimonio Cultural; representantes del Sindicato Provincial de Trabajadores de Cultura y del Canal Tele Turquino, y finalmente Bostón Fernando Cobo, presidente del Consejo Provincial de las Artes Escénicas.

Cerca de dos horas duró la congratulación en el Teatro Martí. Hubo bailes folclóricos de primer nivel; recuento necesario de dos vidas consagradas a una profesión, y el reconocimiento de un público lleno de admiración por Idalberto y Tony, figuras en las que se resumen la pasión por la danza, y la constancia y humildad de dos genuinos reyes del escenario.