Pudiéramos decir que sus fotografías tienen rostros que autorretratan lo que le rodea, lo que lo une o no a lo social, sus inquietudes, pensamientos y cómo la imaginación se mezcla un poco en sus instantáneas.
Su historia en este quehacer artístico, inicia cuando “fui a hacer una especialización en doblaje al castellano neutro, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, por el año 2016, allí pasaba mucho tiempo en la calle y con un celular empecé a documentar esa pintoresca ciudad, ese fue mi escenario de aprendizaje”.
La crítica a través de elementos caracterizan su obra, como lo es el uso del cuerpo para comunicar lo que nos aqueja en nuestro interior “el desnudo es un símbolo de pureza. A menudo me preguntan por qué las modelos en su mayoría son de tez negra, a mí me transmite mucho, desde la fotografía los colores y las texturas son importantes, el negro va a estar presente siempre en mis luces o en mis ausencias de ellas”.
“Muchas de mis obras aparecen de la nada, pueden aparecer a las tres de la mañana, a las doce en una guagua, en el estudio grabando, en una frase, en una canción, en la lectura de un libro o en algo que me rodea, la sociedad en mis imágenes aparece como un discurso u opinión o aporte a la interpretación de sucesos”.
El proceso creativo aguarda muchos momentos que nadie se imaginaría, para construir los fotogramas, a los que el espectador se enfrenta, y que propone disponerse a leer una historia condensada por Renato, muchas de estas apoyadas en su trabajo en CMKC Radio Revolución, como actor y locutor del cuadro dramático, lo que le ha permitido organizar el espacio escenográfico y confeccionar sus propios elementos para lograr una narrativa con todas las intenciones.