En entrevista concedida al Canal Cubano de Noticias, detalló que la unidad entrará luego de un mantenimiento realizado con más de 1 600 acciones correctivas, fundamentalmente en la caldera y en los transformadores de salida.
El 23 de marzo, continuó el titular del sector, llegará un barco con 43 000 toneladas de diésel, con incidencia favorable en la generación distribuida, aunque solo por un periodo de diez a 12 días.
Existe una planificación exacta con el objetivo de reservar ese combustible para las horas de la madrugada y posibilitar el descanso del pueblo –aclaró–, porque en muchas regiones del país las madrugadas transcurren sin servicio eléctrico.
Los arribos de combustible, profundizó De la O Levy, responden a los diálogos con cada uno de los suministradores, a pesar de los escasos recursos disponibles y de las deudas contraídas con ellos, sometidas a renegociación. El 29 de marzo, otra embarcación traerá crudo para refinar a partir del 6 de abril.
Recalcó la importancia de los mantenimientos tanto en las termoeléctricas como en Energás, aun en las actuales condiciones, porque lo contrario supondría un error estratégico capaz de destruir las unidades con tantos años de explotación y mal estado técnico, deterioradas, además, por el alto contenido de azufre y de vanadio de los hidrocarburos con los cuales operan.
Hizo referencia a las complejidades de este fin de semana, y dijo que, a pesar de una planificación para mover los barcos y abastecer las patanas y los emplazamientos, el tiempo para la extracción del combustible de los tanques resultó tres veces superior a lo normal, debido al peso mayor del contenido en el fondo de los depósitos.
Como consecuencia, prosiguió, los barcos sufrieron retrasos para abastecer lugares como el Mariel, La Habana y Moa, causantes de grandes afectaciones en todo el país, incluida la capital cubana.