Indira Ferrer Alonso
Controlar una epidemia de dengue como la que afecta actualmente a este país no es cosa de un día. Y menos si las limitaciones para enfrentar la contingencia radican, fundamentalmente, en la escasez de recursos indispensables para atacar las causas del problema.
Santiago de Cuba inició la jornada nacional de homenaje a los trabajadores de la Salud y de BioCubaFarma, en ocasión del aniversario 92 del natalicio del médico y combatiente revolucionario Manuel Piti Fajardo.
Nadie tiene que explicarnos lo que es y cómo se siente vivir signados por las consecuencias de una guerra económica porque eso es asunto de todos los días, aunque algunos se crean la historia de que el bloqueo “es muela”, que solo afecta al Gobierno y que las múltiples privaciones sufridas por la población se deben a la “maldad” e “ineptitud” de los decisores.
Todavía muchas personas piensan que el dengue es una enfermedad inofensiva, y por eso le confieren muy poca o ninguna importancia. Algunos creen que no pasa de la fiebre, los dolores corporales y un molesto rash que irrita la piel. Sin embargo, no todas las epidemias son iguales y en la actual existe un riesgo incrementado de padecer las complicaciones graves de esta afección.
Quienes viven en las comunidades del área de Salud Josué País, de Santiago de Cuba, saben lo peligroso que es lidiar con mosquitos a toda hora. Y es que allí existen unas 26 manzanas con transmisión de dengue debido a la elevada infestación del Aedes aegypti.
Para nadie es un secreto que la transmisión de dengue es el problema de Salud más urgente hoy en Santiago de Cuba, que se mantiene entre las provincias cubanas con mayor riesgo de enfermar. Y es que la elevada incidencia de este padecimiento y la circulación de los cuatro serotipos del virus DENV, condicionan el incremento de casos graves.