En las últimas 24 horas se reportan registros significativos en las presas Carlos Manuel de Céspedes al 69% de su capacidad, Protesta de Baraguá al 61,2%, Gilbert al 61%, y las más bajas de la localidad resultan Parada al 37% y Gota Blanca al 41%, que se encontraban en estado crítico por la sequía.

La propia fuente refirió que aún los embalses del territorio pueden asimilar un 43% de cobertura, para garantizar el abasto de agua cuando exista un período de sequedad, pues hasta el 20 de mayo existía un registro de apenas el 22% de llenado.

Al cierre de esta información, precisó que vierten las presas de Canasí, Mícara, La Campana, La Majagua, Hatillo, Charco Mono, próxima a aliviar Chalón con 93,9%, y otras en proceso de recuperación como Joturo, en el municipio de Songo- La Maya con un 61%, luego de estar casi seca, condición favorable para paliar la difícil situación presentada en la provincia y provechosa para la agricultura.

Mora refirió afectaciones en el suministro de agua a la población por la falta de químicos en la plantas de tratamiento, necesarios para erradicar los altos niveles de turbiedad, recogida de bombas para evitar roturas por las intensas lluvias y leves roturas de tuberías, a solucionarse en los próximos días.

En la demarcación de San Luis existe peligro de colapso de dos presas por mal funcionamiento de los aliviaderos, pero se acometen acciones con equipamiento necesario para sacar el agua, luego de evacuar 60 familias, aseveró.

Yulian Omar, directora de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico en Santiago de Cuba, expresó a la Agencia Cubana de Noticias el incremento de un 24% de los embalses santiagueros revertidos en 168 millones de metros cúbicos del preciado líquido.

En el monitoreo efectuado se observa una saturación de los suelos de manera notable, por lo que se mantendrá el seguimiento en todos los objetos de obra y vigilancia tecnológica, pues las precipitaciones traerán otros escurrimientos en los embalses, dijo.

Según parte brindado por el Centro Provincial de Meteorología esta situación climatológica se debe a una vaguada que se encuentra a niveles altos y medianos de la atmósfera entre la zona central y occidental.

Las afectaciones por lluvias se mantendrán en la primera quincena de junio, pues los modelos pronostican humedad en la región, combinado con el calentamiento global que incrementará su probabilidad.