Sus 192 trabajadores laboran arduamente en la generación de servicios en los talleres, a pesar de las carencias de materiales por la situación económica del país.
Emilio Nápoles, director de EISA en Santiago de Cuba, comentó que en estos años la remotorización de vehículos, su esencia como entidad, fue casi nula, de ahí la transformación de los servicios, acorde a las demandas del mercado.
Consolidaron procesos como pailería y soldadura, fabricación de cercado perimetral, estructuras para naves en el sector de la agricultura, calzos de gomas, reparación de piezas para colectoras de basura, ambulancias y transporte público, explicó.
Nápoles destacó el carácter innovador del centro con la creación de una chapeadora eléctrica, utilizada en el Aeropuerto José Martí y varias entidades agrícolas, equipo que contribuye a la sustitución de importaciones.
Sobre los planes económicos, el directivo afirmó su crecimiento y cumplimiento con una ejecución en 2021 de más de 39 millones de pesos, en 2022 sobre los 42 millones con utilidades materializadas, y para el presente año el compromiso es llegar los 48 millones.
Para mejorar la eficiencia, la empresa se encadenó productivamente con otros centros de la provincia como Retomed, Empresa Militar Industrial, Conformadora 30 de noviembre y logró asegurar materias primas y complementar los servicios prestados.
Giraldo Badell, trabajador de la Cecilio Sánchez, refirió que gracias a esta generación de ingresos se alcanza el pago por resultados y distribución de utilidades, revertidas en el crecimiento del salario medio en un 40 por ciento.
A pesar de esta aplicación, el colectivo considera necesario eliminar trabas a nivel nacional para mejorar la relación del trabajo realizado con el ingreso monetario y aprobar de forma más seguida el pago por alto desempeño a los más destacados.
En el año 2020, esta empresa de servicios automotores recibió la bandera de Proeza Laboral, otorgado por la Central de Trabajadores de Cuba por sus aportes económicos.