Santiago de Cuba,

El hijo más bonito de América

27 March 2023 Escrito por  Mayte García Tintoré

Hoy está de cumpleaños un hombre admirable, y no por su físico ni su esbeltez; tampoco por su elegancia, porque lp mismo se le encuentra con camisas de mangas largas, de cuello y corbata o con pulóver y sombrero de yarey.

Quienes le conocen saben que es como dice el refrán: 'músico, poeta y loco’, pues no hay tarea a la que diga No, tiene una energía multiplicada para hacer mil cosas a la vez, y unas inmensas ganas de vivir y crear, que ni los achaques de los años han podido apagar.

Es un actor, pero ante todo un cubano digno, de esos que ha dado la vuelta al mundo pero sigue regresando a casa. Es, primero que todo, un revolucionario cabal, de los que no anda pregonando hazañas, de esos que no precisan citas ni recordatorios, para salir a combatir, a enfrentar, a defender a la Patria. Porque decir Cuba y América, es mencionarle lo más grande: la primera por ser la tierra que le vio nacer y el nombre de su abuela materna; la segunda, porque le hace recordar no solo el continente que nos abraza, también el nombre de su madre, para la que no había niño más bonito en el mundo.

Por esas coincidencias de la vida, este apasionado de las tablas nació un 27 de marzo, Día Internacional del Teatro, como para reafirmar que era ese el camino a seguir; difícil, a veces espinoso, lleno de incomprensiones y en ocasiones de incompetentes, nunca bien remunerado; pero apasionado, mágico, real maravilloso.

pini1Graduado de la Escuela Nacional de Arte en 1974, llegó al Caney de las Mercedes a impartir clases de teatro y luego se inició en la Teatrova,  junto a Augusto Blanca y María Eugenia García, bajo la dirección del argentino Adolfo Gutkin; para entonces ganara el gran premio de actuación masculina en el Festival de Teatro de Camaguey, con la obra La Sierra Chiquita.   

Calibán Teatro fue desde 1990 su otra escuela y guarida para crecer en la escena; en Islas Canarias sembró cátedra con Hamlet, Memorias, Guaicaipuro… y hasta la URSS, Granada, Barbados, Curazao, República Dominicana, España, llegó con su experticia.

Y yo que le conozco bien, me atrevería a llamarle el hombre orquesta; y no porque la música sea su fuerte; sino porque ha sido un toedo. Y le recuerdo y quizás usted también, animando las Noches Culturales de la Calle Heredia;  de anfitrión de ‘Los Viernes con el Fondo’, luciendo  y promocionando las mejores colecciones del Fondo Cubano de Bienes Culturales; rodeado de estudiantes de Ciencias Médicas, preparando los Festivales de Artista Aficionados de la Feu; o dirigiendo la ceremonia  Con la puesta del Sol, en el Castillo del Morro, San Pedro de la Roca.

Graduado de Historia en la Universidad de Oriente; este incansable personalidad de la cultura santiaguera, también apoya la formación de teólogos de Cuba y otras latitudes, es miembro del claustro de profesores del Colegio Seminario San Basilio Magno, y en la filial santiaguera de la Universidad de las Artes, estuvo por años al frente del departamento de Actuación, imprimiéndole a sus clases disciplina artística, y enseñando trucos para desentrañar personajes, y consejos para desde la academia potenciar la expresión corporal, la dicción, la actuación.

Su voz y su maestría como director artístico se alzó en tribunas abiertas, en actos de reafirmación revolucionaria, políticos y patrióticos, impregnándole a todo esa energía multiplicada que lo distingue. Capaz de hacer un chiste en medio de un silencio total o pedir silencio y concentración antes de salir a escena.

A este hombre que hoy está de cumpleaños y de cumplesueños, no hay cosa que le apasione más que el trabajo, por eso tras su jubilación, sigue "Desempolvando' historias de nuestro Santiago, para hacer realidad la peña que iniciara junto al Archivo Histórico Provincial y que hoy auspicia la dirección de Cultura, de la que ha sido su anfitrión por cerca de una década.

Quienes le conocen saben que basta solo con tocar la puerta de su casa en Primera de Sorribe, para que una tarea sea orden. Y que con él no hay rodeos cuando no media la remuneración económica, pues es capaz de desembolsar hasta el último centavo para comprar telas, pagar arreglos musicales, garantizar meriendas,  hacer que todo luzca y salga bien; aunque en incontables ocasiones los bolsillos no se han vuelto a llenar.

Es todo un personaje este actor santiaguero, reconocido muchas veces y otras tantas olvidado. Sin embargo, nada detiene ese espíritu de formar, crear, hacer lo justo y defender a la Revolución. Por eso, también se premia de ser ‘pico de oro’ cuando hay que silenciar a quienes critican mucho y hacen poco, o pronunciarse por el bien de la cultura y la Patria.

Fundador del Festival Máscara de Caoba, Miembro de la Uneac, militante del Partido, él ha sido, es y será uno de esos grandes de la cultura cubana con los que siempre se podrá contar. Resultó Vanguardia Nacional durante cinco años del Sindicato de la Cultura, ostenta la Placa José María Heredia, el diploma Nicolás Guillén, la Medalla Artista Laureado del Sindicato de la Cultura, y el reconocimiento Con el Esfuerzo de Todos Venceremos, que entrega el Gobierno provincial.

De Pepín, su padre, no heredó la habilidad para procrear hembras; es hermano adorado de Herlinda, Isabel Gisela, Elena y Beatriz; y hoy es padre ejemplar para cuatro varones: el abogado José Miguel, de su primer matrimonio; los mellizos Félix y Rey, Físico y Teatrólogo, y David, que se forma en la UCI como informático; ellos son la alegría del hogar que ha forjado con  la  actriz de Macubá, Teresa García, compañera de vida y profesión desde hace casi 30 años.

El paso de los años y los males de la tercera edad, que ya se asoma de vez en cuando, no le han limitado su creación ni el intelecto. Está ya retirado, pero No jubilado de las tablas ni de los escenarios santiagueros, donde mucho le queda por aportar para que la cultura siga siendo espada y escudo de la nación.

Carlos Gardel en uno de sus tangos dijo que 20 años no es nada, pero si le preguntas a José Emigdio Pascual Varona; el Pini de la escena santiaguera, te podría decir qué significan 70 en la vida de un hombre que ha vivido por y para el teatro. Alguien que no espera otro reconocimiento que saberse útil, y que sigue vivo en los escenarios de su ciudad, cada vez que esos jóvenes actores que ha formado derrochan talento.

Ahora, cuando cae el telón y se encienden las luces, se le ve allí, discreto, callado y expectante frente a su luneta, en pie regalando ese aplauso que es el premio mayor de un artista. En su rostro, la satisfacción de que el relevo está garantizado,  en su corazón la certeza de que aportó con su sapiencia a la formación de muchos de los que hoy dejan la piel en las tablas, como ayer la haría Pini en el escenario, dándole riendas sueltas a su mayor pasión: El Teatro.

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