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Seguimos fieles a tu grito de guerra

17 February 2023 Escrito por  Luis Alberto Portuondo Ortega
pcc.cu

Un hijo muy amado de Santiago de Cuba, aunque adoptivo, es el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque; tanto es así que decidió que sus restos mortales estuviesen en el Mausoleo del III Frente Oriental Dr. Mario Muñoz Monroy, al noroeste de la provincia.

Hoy celebramos su cumpleaños 96, y lo hacemos porque, a la manera de Martí, “cuando se muere/ en brazos de la Patria agradecida, / la muerte acaba, la prisión se rompe; ¡empieza, al fin, con el morir la vida!”. Y el Comandante Almeida cumplió con Cuba y con la Humanidad. Hombre cabal, de trascendentes virtudes públicas y privadas, habanero por nacimiento y un santiaguero más “rebelde, hospitalario y heroico”.

En nuestra Plaza de la Revolución lo encontramos, vigilante y sonriente, allí evocamos el desembarco del Granma y el combate de Alegría de Pío cuando al rescatar al Che, y tras las voces intimidantes de los batistianos, gritó: “¡Aquí no se rinde nadie, C...!”

tomada de internet

Pero Almeida también está presente en el cuartel Moncada que asaltó junto a sus hermanos de lucha el 26 de julio de 1953, en la prisión de Boniato, aquellos imborrables instantes de la entrada triunfal a Santiago y la proclamación del triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959. Está presente en la sede del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba, desde donde dirigió la antigua provincia de Oriente, y eso, definitivamente, lo enraizó más al noble pueblo de esta región.

Está presente en la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) que fundó en 1993 y que tiene en su estandarte al Antonio Maceo ecuestre de nuestra Plaza y sus compañeros de la sierra y del llano, de las misiones internacionalistas, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias…

Lógicamente el municipio de Tercer Frente lo asume como suyo, porque todo lo que allí hay es obra de la Revolución y de Almeida; que también fue escritor y compositor musical con más de 300 canciones y una docena de libros. Los Estudios Siboney de la Egrem se deben a su persistencia.

Satisface el hecho de seguir su ejemplo y, sobre todo, el de no habernos rendido; de estar aquí, en Santiago. El hecho de que la Revolución viva su año 65, fruto del mérito de hijos como él.

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