Eso se debe a la incorporación, durante el 2022, de más de diez mil patios cultivados al Programa (que ya suma más de 92 mil en el territorio), la creación de fincas agroecológicas y el avance sostenido de los municipios de Segundo Frente -de Referencia Nacional- y de Santiago de Cuba; siendo los restantes siete evaluados de Bien en los tres recorridos que el Grupo realizó en el año, destacándose, además, los de Palma Soriano y Contramaestre.

La especialista reconoció la importancia de los aportes realizados a círculos infantiles, hogares maternos y de ancianos así como a otros centros decisivos en los servicios sociales. Sin embargo, instó a que “el movimiento, y sus 14 subprogramas, sean de impacto en la estrategia de seguridad y soberanía alimentarias y de manera particular en las comunidades santiagueras donde los altos precios y la escasez se han constituido en la regla y no en la excepción”.

Peña Turruellas constató lo realizado por las granjas urbanas de los municipios y exhortó a “trascender en las experiencias y la incorporación de más familias para que la Agricultura Urbana se establezca como un verdadero movimiento popular consecuente con sus objetivos fundacionales”.

Tras la indicación del General de Ejército Raúl Castro Ruz, en el 1987, de generalizar el modo de cultivo de hortalizas sobre bases orgánicas, la Agricultura Urbana ha pasado a ser un Programa rector en las producciones agropecuarias desde los hogares en toda la Isla. Elizabeth Peña, una de sus fundadoras, asegura que “con ese firme propósito continúan produciendo con Santiago a la vanguardia”.