Entonces me sorprendo; nos asombramos todos porque no teníamos idea de que mi pequeño interpretara los Versos Sencillos de nuestro Héroe Nacional; que soñara con ser tan pequeño como Meñique para caber en una bota de su padre y acompañarlo por el mundo, para conocer y aprender.

Ahora anda todo emocionado porque interpretará al rey, el que manda a que corten las orejas…mamá pero debes saber que al final demostró que no era tan malo, y le dio una oportunidad al futuro esposo de la princesa porque era pequeñito pero muy talentoso, y eso es tener buen corazón.

Dice mi maestra que es muy importante leer todos los cuentos de la Edad de Oro -comenta mientras realiza un dibujo- hoy nos habló de cómo quería Martí que fuéramos nosotros los niños; yo quisiera ser así como decía, porque si él era bueno, yo también lo seré.

Ahora tenemos una tarea en casa. Cada noche nos exige la lectura de una obra martiana, aunque su preferido sigue siendo el paliducho pequeñín, tan lindo como una mujer y más ligero que un resorte, pero adora a Bebé y el señor Don Pomposo, Los Dos Príncipes, Nené Traviesa, La Muñeca Negra y El Camarón Encantado.

Así son los niños, insaciables cuando de aprender se trata; de ahí que las obras martianas influyen en su desarrollo intelectual y moral, moviéndoles el pensamiento y la creatividad.

A 170 años de su natalicio el Maestro continúa encantando a niños y jóvenes de todo el mundo, a quienes les dedica sus hermosas páginas; y los impulsa a decir lo que piensan y lo digan bien, hombres elocuentes y sinceros; porque los niños son la esperanza del mundo.

José Martí nació el 28 de enero de 1853 y está considerado uno de los intelectuales más destacados de América Latina; sus ideas y escritos continúan influenciando a personas de diferentes edades de todas partes del mundo. Reconocido como la figura política más universal de su tiempo.